Hasta anoche, Alberto Fernández y Martín Guzmán no tenían mayoría en las CAC´s. Ni en los bonos M, y menos aún en los bonos K.
En este contexto, el Presidente y su ministro de Economía tienen dos opciones:
1. Enmiendan -de nuevo- la oferta oficial para cumplir con los pedidos de los acreedores privados
2. Mantienen la propuesta que fue avalada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y abre la posibilidad a un juicio multimillonario contra la Argentina.
Si apuesta a un acuerdo antes que concluya junio, Alberto Fernández debería optar por mejorar la actual iniciativa que establece un bono de 50 dólares de Valor Presente Neto (NPV) por cada lámina de 100 dólares. Los acreedores exigen 53 dólares de NPV, y no les preocupa como se llega a ese número mágico (adentro de la ecuación financiera o a través de un cupón atado al crecimiento del Producto Bruto Interno).
Esos tres dólares extra -argumentan los fondos consultados por Infobae- asegurarían al Presidente tener las mayorías necesarias para todos los bonos M, y estaría muy cerca del nivel de las Cláusulas de Acción Colectivas (CAC´s) establecidas en los prospectos de los bonos K.
En cambio, si Alberto Fernández y Guzmán deciden no moverse de un bono de 50 dólares de NPV, será poco probable que alcancen los porcentajes de las CAC´s previstas en los títulos emitidos por Néstor Kirchner y Mauricio Macri. Con una simple oferta de 50 dólares de NPV, el Presidente y su ministro de Economía no llegarían a conformar un grupo mayoritario de acreedores que pueda bloquear la decisión de demandar a la Argentina por default.
Guzmán trabaja a destajó para cerrar la oferta mejorada que oficialmente debe poner a consideración de los fondos. El ministro apuesta a entregar la propuesta antes que concluya esta semana y luego hacer la inscripción formal en la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Alberto Fernández asume que la diferencia es mínima y ordenó a Guzmán que diseñe una propuesta que evite el default y a su vez respete la premisa de sostenibilidad de la deuda externa. El ministro trabaja en un cupón basado en un eventual crecimiento de la economía que estaría destinado a satisfacer los últimos pedidos de los acreedores privados.
Entonces, si el Presidente toma la decisión política, la oferta final tendría un número con suficiente volumen para lograr esta reestructuración de la deuda externa: 50 dólares de NPV, y tres dólares del nuevo cupón atado al Producto Bruto Interno (PBI), que aún modeliza Guzmán.
Total 53 dólares, como pedían los fondos de inversión.
En los próximos días, resuelve Alberto Fernández.