El mercado sigue paralizado después de que el Gobierno deslizó que iba a suspender la ley, pero no pasó nada.
Con una inflación galopante, la escalada en los precios de los alquileres sigue en alza. En mayo, los inquilinos que tengan que renovar su contrato pagarán un 95,93% de aumento en el monto de la mensualidad.
Así surge de aplicar el índice de Contratos de Locación (ICL) que calcula el Banco Central para los contratos que se renuevan el 1° de mayo. Este índice toma la variación promedio entre la inflación y la remuneración promedio (RIPTE) y, en este contexto, la tendencia del índice de ajuste de los alquileres va en ascenso.
Según el Colegio Profesional Inmobiliario (CPI), que agrupa a los corredores de la Ciudad de Buenos Aires, “este número demuestra, una vez más, la dura realidad que vive el mercado locativo en todo el país a raíz de la crítica situación económica y, sobre todo, a la actual Ley de Alquileres”, señaló en un comunicado.
Y adjudicó a esa norma, “una retirada masiva de propiedades del mercado locativo, llegando a una oferta prácticamente nula de inmuebles en la Ciudad de Buenos Aires.
Según cuenta Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria (CIA), “antes de que se sancionara la Ley de Alquileres había un 116% más de oferta de inmuebles en el mercado locativo”, señaló basándose en los estudios que realiza la cámara.
Esa falta de oferta se trasladó directamente a los precios que, en el último año, acumulan una suba del 118,6% en el caso de los departamentos porteños, de acuerdo con la plataforma ZonaProp.
Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), la mediana de los monoambientes ofertados en Capital Federal era, en marzo, de $ 80.000. Es decir que, teniendo en cuenta que el Salario Mínimo Vital y Móvil, es de $ 69.500, solo cubre el 86,9% de un alquiler. Según el mismo sondeo, la mediana de las ofertas de departamentos de dos ambientes es de $ 90.000 y de los de tres ambientes $ 150.000.
¿La ley de Alquileres, se suspende o no?
Las distorsiones en el mercado a partir de la implementación de la Ley de Alquileres vienen arrastrándose desde hace casi tres años. Pero la preocupación en el sector inmobiliario recrudeció especialmente, después de que el Gobierno dejara trascender, semanas atrás, que suspendería la Ley vigente desde julio del 2020.
Sin embargo, después de ese atisbo de anuncio que, hasta se especuló podía darse a través de un DNU (decreto de Necesidad y Urgencia) aún no hay información oficial al respecto. La Cámara Inmobiliaria pidió una reunión con los funcionarios de Economía para abordar el tema, que podría concretarse el próximo lunes.
Marta Liotto, titular del CPI, plantea “la imperiosa necesidad de que desde el Estado se avance en una modificación de la Ley que subsane los puntos más nocivos que tiene, como el plazo de los contratos y el propio ICL”, dice. Y recuerda que el sector pide, también, políticas de corte fiscal e impositivo para recuperar el stock de unidades para alquilar.
“De no avanzarse en este sentido, el mercado locativo (y, por tanto, los miles de familias argentinas que de él dependen para tener un techo) seguirán sufriendo una situación que no hará más que agravarse mes a mes, sobre todo, con la crisis que estamos viviendo”, señaló esa entidad.
Según Gabriel Brodsky, CEO de la firma Predial, “desde que el Gobierno deslizó la posibilidad de derogar la Ley, el mercado inmobiliario, que venía con una oferta muy escasa de alquileres, se vio aún más perjudicado.
“No están ingresando alquileres nuevos, no hay stock disponible. Lo poco que se publica se alquila horas después. Hay desesperación por todo tipo de propiedades”, cuenta sobre la realidad de su negocio.
“Ese anuncio lo único que hizo fue que los dueños se pongan en modo stand-by para ver qué pasa. Les conviene esperar unos días o unos meses y así evitar los contratos a tres años anualizados porque si finalmente la Ley de Alquileres se da de baja es muy factible que vuelvan a ser de dos años”, arriesgó.
