La campaña electoral en Bahía Blanca parece haber comenzado solo para el intendente Federico Susbielles. El jefe comunal inició una ofensiva mediática con entrevistas constantes y anuncios que prometen mucho pero explican poco.
Podríamos detenernos en el silencio de la oposición, especialmente de La Libertad Avanza, que opta por el mutismo como estrategia. ¿Intención o simple temor a exponerse? Ambas son hipótesis posibles. Pero hoy nos interesa otra cosa: el discurso del intendente del lunes.
En una conferencia de prensa improvisada, Susbielles se mostró en un rol preocupante: el del dirigente que amenaza. Lo más llamativo de su discurso fue cuando declaró que todo aquel que cuestione su honestidad o la de su gobierno deberá “responder ante la Justicia”. Señor intendente, déjenos recordarle: usted no hace que nadie responda ante la Justicia. La justicia es independiente y, por lo tanto, no le pertenece.
Usted fue elegido para gestionar la ciudad, no para intimidar ni dar lecciones de moralidad. Si su gestión es tan sólida como asegura, acepte la crítica. Como diría el Quijote: que ladren, señal de que cabalgamos. Aunque, por el enojo creciente de los vecinos tras la inundación, da la sensación de que en realidad usted está parado, sin caballo y sin rumbo.
Posdata: No le tenemos miedo, intendente. Queremos respuestas. Usted habló de una colecta solidaria por casi 2.000 millones. Bien. ¿A quién se entregó el dinero? Su respuesta: “Trabajadores de la cultura, centros culturales y cuentapropistas”. Perfecto, ¿puede dar nombres? Ninguno por ahora, todas personas desconocidas. Eso no está bien, Federico. Y vamos a seguir preguntando, le guste o no.
