Jair Bolsonaro será denunciado esta semana ante la justicia por haber “ultrajado” moralmente a una menor con comentarios de connotación “sexual”. Entre carcajadas, el gobernante preguntó a la pequeña youtuber Esther Castilho cuándo había sido su “iniciación”, al mismo tiempo que buscaba, y obtenía, la complicidad de los asesores que lo acompañaban en el Palacio de Alvorada durante su programa semanal en vivo con alta audiencia en las redes sociales transmitido en simultáneo por radio Jovem Pan, una de las más populares del país.
“Estamos frente a algo extremadamente grave (..) vimos cómo el presidente habla con una niña de 10 años con doble sentido, con una connotación que refiere a la sexualidad“, declaró a PáginaI12 la diputada Maria do Rosario Nunes.
“El presidente ha violado la Constitución y el Estatuto del Niño y el Adolescente, dado que en ambos se dice claramente que ningún menor puede ser sometido a un trato ultrajante como éste”.
“Lo denunciaré ante el Ministerio Público Federal en mi condición de coordinadora del Frente Parlamentario de Defensa de los Derechos de los Niños, formado por decenas de congresistas, junto a un grupo de entidades de la sociedad civil”, precisó la congresista del Partido de los Trabajadores (PT).
La presentación a la Procuraduría ocurrirá entre este lunes y el miércoles, y luego está prevista otra denuncia ante foros internacionales donde el ocupante del Palacio del Planalto ya fue acusado por violaciones de los derechos humanos.
“A él le gusta bromear sobre estos temas delicados con alusiones sexuales, como se vio ese programa”.
La pequeña youtuber Esther Castilho, hija de una familia del interior de San Pablo que suele presentarse con un sombrero de cowboy blanco, una estética muy al uso de los “farmers” bolsonaristas, ya estuvo junto a varios ministros durante una reunión de gabinete y luego fue invitada al acto del día de la independencia, el 7 de setiembre.
En esa misma ceremonia Bolsonaro recorrió los jardines de la mansión oficial a bordo de un Rolls Royce junto a diez chicos, todos sin el barbijo obligatorio para evitar el contagio del coronavirus.
Estas puestas en escena indican que el referente de la ultraderecha sudamericana apuesta a rodearse de nenes para edulcorar su imagen como parte de una estrategia política más amplia, que incluye el pago de subsidios a la población más humilde, y está destinada en el corto plazo a las elecciones municipales de noviembre y en el medio a su intento de reelección en 2022.
En la noche del 7 de setiembre, ya sin chicos en su entorno, pronunció un discurso en cadena nacional de radio y televisión en el que asoció el día patrio al golpe de estado de 1964 que enterró el fantasma del “comunismo” a través de una dictadura ( Bolsonaro no la llama por su nombre) de 21 años.
Violencia banalizada
La diputada Maria do Rosario Nunes fue ministra de Derechos Humanos en el primero de los dos gobiernos de la presidente Dilma Rousseff (el segundo fue interrumpido por un golpe en 2016), período durante en el cual el Parlamento aprobó la creación de la Comisión de la Verdad sobre la dictadura militar .
En 2011 el entonces diputado Bolsonaro, exégeta de la dictadura y la tortura, se opuso a la formación de ese organismo con la misma rudeza que intimidó a Rousseff y a Nunes.
El duelo entre Bolsonaro y la diputada Nunes viene de lejos.
En 2003 el legislador Río de Janeiro la agredió de hecho a la congresista de Rio Grande do Sul -con un empujón- ante la mirada perpleja de los cronistas parlamentarios y a fines de 2014 la amenazó de estupro dentro del recinto de la Cámara baja.
El escándalo no quedó allí y en 2017 el Superior Tribunal de Justicia condenó por daños morales al excapitán obligándolo a pagar una indemnización de unos 5 mil dólares de aquella época , que fueron donados por la víctima a ONGs feministas.
“Ese proceso fue muy comentado porque tocaba un tema como el estupro, era una amenaza contra mí, pero esta nueva representación es más grave, porque atañe a una personas indefensa, vulnerable, una niña y afecta los derechos de los menores”, compara Nunes.
Durante la controvertida transmisión en las redes sociales que fue al aire el jueves 10 de setiembre Bolsonaro utilizó su conversación manipulada con la nena para justificar, valiéndose de argumentos superficiales, el trabajo infantil y atacar la vacunación obligatorio contra el coronavirus.
Con esa misma frivolidad justificó la misoginia: contó que siendo diputado una senadora lo acusó de ese desprecio a las mujeres y que nunca había escuchado esa palabra. “Entonces le pedí a un asesor averiguara qué quería decir misógino, para saber si me está insultando o elogiando”, recordó él soltando una risotada que le tapó la voz, y fue celebrada por sus colaboradores. Es la violencia banalizada.
La prédica presidencial que indulta la misoginia y fomenta el rechazo a la vacuna tiene consecuencias porque “él forma opinión, influye en el comportamiento” de sus simpatizantes, apunta Maria do Rosario Nunes.
En ese punto la legisladora retoma el caso de la nena youtuber y concluye con una reflexión. “Si los bolsonaristas lo siguen a su líder cuando habla de la vacuna y la misoginia, también podrían seguirlo en sus comentarios con insinuaciones sexuales sobre la niña, éste no fue un comentario irresponsable, esto que hizo Bolsonaro fue una actitud delictiva”.