La afirmación fue hecha luego de repetidas arremetidas retóricas contra las cuarentenas de todas las franjas de la población y los gobernadores que las ordenaron, como el de San Pablo, Joao Doria, y de Río de Janeiro, Wilson Witzel.
La defensa de Bolsonaro de cuarentenas limitadas a ancianos y enfermos y la posibilidad de dictar medidas para anular las disposiciones de los mandatarios regionales a los que considera rivales políticos, que días atrás el presidente dijo evaluar, tuvieron como respuesta advertencias de jueces del STF y líderes del Congreso al propio gobierno, al que avisaron que se desataría una batalla legal que terminaría con decisiones contrarias a la voluntad del jefe de Estado.
El de anoche fue el quinto pronunciamiento de Bolsonaro desde la crisis a la que la pandemia arrastró a Brasil.
El mandatario ultraconservador y antisistema habló primero de “gripecita” y “resfriadito” y dijo que a los brasileños había que estudiarlos porque no se contagian nada pese que saltan por las cloacas, pero luego describió a la pandemia como el mayor desafío para una generación.
El juez De Moraes, a través de un amparo y en respuesta a un pedido del colegio Orden de Abogados de Brasil (OAB), además dar respaldo legal a los 26 estados y el Distrito Federal del país para adoptar medidas contra la pandemia, hizo un llamado a la cooperación entre los distintos niveles de gobierno.
“En momentos de crisis, el fortalecimiento de la unión y la ampliación de cooperación entre los tres poderes, en el ámbito de todos los entes federativos, son instrumentos esenciales e imprescindibles para ser utilizados por los diversos líderes en defensa del interés público”, dijo el magistrado en el texto en que respondió a la demanda de la OAB. La entidad llevó a la corte un reclamo contra actos “omisivos y comisivos del Poder Ejecutivo federal” en relación a la pandemia.