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Medio Ambiente

Cambio climático: qué sabe la ciencia y por qué aún se lo discute

Seis claves para entender el fenómeno desde las evidencias científicas.

La ciencia del cambio climático es más sólida y está más consensuada de lo que se cree. Pero el alcance del tema, así como la desinformación rampante, puede hacer difícil separar los hechos de la ficción.

Aquí, seis claves sobre lo que hoy se sabe del tema y también una explicación de cómo se llegó a ese conocimiento.

1.

– ¿Cómo sabemos que el cambio climático (CC) ocurre realmente?

El cambio climático se presenta a menudo como una predicción realizada por complicados modelos informáticos. Pero la base científica del cambio climático es mucho más amplia y los modelos son, en realidad, sólo una parte de ella (y, por lo que se ve, son sorprendentemente precisos).

Desde hace más de un siglo, los científicos comprenden la física básica que explica por qué los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, provocan el calentamiento.

Estos gases representan sólo una pequeña fracción de la atmósfera, pero ejercen un enorme control sobre el clima de la Tierra, al atrapar parte del calor del planeta antes de que se escape al espacio.

Este efecto invernadero es importante: ¡es la razón por la que un planeta tan alejado del sol tiene agua líquida y vida!

Sin embargo, durante la Revolución Industrial, la gente empezó a quemar carbón y otros combustibles fósiles para alimentar fábricas, fundiciones y máquinas de vapor, lo que añadió más gases de efecto invernadero a la atmósfera. Desde entonces, las actividades humanas han calentado el planeta.

Sabemos que esto es cierto gracias a un conjunto abrumador de pruebas que comienza con las mediciones de temperatura realizadas en estaciones meteorológicas y en barcos a partir de mediados del siglo XIX.

La temperatura media mundial aumentó 1,2° C desde 1880, pero los mayores cambios se produjeron a finales del siglo XX.

Más tarde, los científicos empezaron a seguir las temperaturas de la superficie con satélites y a buscar pistas sobre el cambio climático en los registros geológicos. En conjunto, todos estos datos cuentan la misma historia: la Tierra se está calentando.

La temperatura media mundial ha aumentado en 1,2º C desde 1880, y los mayores cambios se produjeron a finales del siglo XX. Las zonas terrestres se han calentado más que la superficie del mar y el Ártico es el que más se ha calentado. Las temperaturas extremas también cambiaron.

Este calentamiento no tiene precedentes en la historia geológica reciente. Una famosa ilustración, publicada por primera vez en 1998, y a menudo denominada el gráfico del palo de hockey, muestra cómo las temperaturas se mantuvieron bastante planas durante siglos (el eje del palo) antes de girar bruscamente hacia arriba (la hoja).

Se basa en datos de anillos de árboles, núcleos de hielo y otros indicadores naturales. Y la imagen básica, que ha resistido décadas de escrutinio por parte de los científicos del clima y de los contrarios por igual, muestra que la Tierra está más caliente hoy de lo que estuvo en al menos 1.000 años, y probablemente mucho más.

De hecho, las temperaturas de la superficie enmascaran la verdadera magnitud del cambio climático, porque el océano ha absorbido el 90% del calor atrapado por los gases de efecto invernadero.

Las mediciones realizadas en las últimas seis décadas muestran que todas las capas del océano se están calentando. Según un estudio, el océano absorbió entre 1997 y 2015, tanto calor como en los 130 años anteriores.

La Tierra está más caliente hoy de lo que estuvo en al menos 1.000 años, y probablemente mucho más. .

India: devotos caminan en el lecho sequeo de la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y Saraswathi. Foto: AFP

India: devotos caminan en el lecho sequeo de la confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y Saraswathi. Foto: AFP

2.

– ¿Hasta qué punto están de acuerdo los científicos con el CC?

No se puede negar que a los científicos les encantan las discusiones a la vieja usanza. Pero cuando se trata del cambio climático, prácticamente no hay debate: numerosos estudios han descubierto que más del 90% de los científicos que estudian el clima de la Tierra están de acuerdo en que el planeta se está calentando y que los humanos son la causa principal.

La mayoría de los principales organismos científicos, desde la NASA hasta la Organización Meteorológica Mundial, respaldan esta opinión. Es un nivel de consenso asombroso dada la naturaleza contraria y competitiva de la actividad científica, en la cual cuestiones como qué mató a los dinosaurios siguen siendo objeto de amarga disputa.

Entonces, ¿de dónde sacamos la idea de que todavía hay debate sobre el cambio climático?

En gran medida, se debe a las campañas coordinadas de mensajes de empresas y políticos que se oponen a la acción climática. Muchos de ellos han insistido en la idea de que los científicos aún no han tomado una decisión sobre el cambio climático, a pesar de que eso es engañoso.

Unos pocos investigadores de renombre siguen oponiéndose al consenso científico. Algunos, como Willie Soon, investigador afiliado al Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, tienen vínculos con la industria de los combustibles fósiles. Otros no, pero sus afirmaciones no han resistido el peso de las pruebas. Al menos un destacado escéptico, el físico Richard Muller, cambió de opinión tras reevaluar los datos históricos de temperatura como parte del proyecto Berkeley Earth.

La Amazonia, un pulmón del planeta, se ha visto afectada por masivos incencios forestales. Foto: EFE

La Amazonia, un pulmón del planeta, se ha visto afectada por masivos incencios forestales. Foto: EFE

3.

– ¿Cómo sabemos que el CC es causado por el ser humano?

Los científicos han estudiado los cambios climáticos del pasado para comprender los factores que pueden hacer que el planeta se caliente o se enfríe. Los más importantes son los cambios en la energía solar, la circulación oceánica, la actividad volcánica y la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Y cada uno de ellos ha desempeñado un papel en ocasiones.

Por ejemplo, hace 300 años, una combinación de reducción de la producción solar y aumento de la actividad volcánica enfrió partes del planeta lo suficiente como para que los londinenses patinaran sobre hielo en el Támesis con regularidad.

Hace unos 12.000 años, importantes cambios en la circulación del Atlántico sumieron al hemisferio norte en un estado gélido. Y hace 56 millones de años, una gigantesca explosión de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad volcánica o de vastos depósitos de metano (o de ambas cosas), calentó bruscamente el planeta, alterando el clima, ahogando los océanos y provocando extinciones masivas.

Habrá sequías en América central, el Mediterráneo y el sur de África. y las zonas bajas serán comidas por el mar.

Al tratar de determinar la causa de los cambios climáticos actuales, los científicos han analizado todos estos factores.

Los tres primeros han variado un poco en los últimos siglos y es muy probable que hayan tenido efectos modestos en el clima, sobre todo antes de 1950. Pero no pueden explicar el rápido aumento de la temperatura del planeta, especialmente en la segunda mitad del siglo XX, cuando la producción solar disminuyó y las erupciones volcánicas ejercieron un efecto de enfriamiento.

Ese calentamiento se explica mejor por el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Los gases de efecto invernadero tienen un poderoso efecto sobre el clima.

Y desde la Revolución Industrial, los seres humanos han ido añadiendo más de estos gases a la atmósfera, principalmente mediante la extracción y quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, que liberan dióxido de carbono.

Las burbujas de aire antiguo atrapadas en el hielo muestran que, antes de aproximadamente 1750, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era de aproximadamente 280 partes por millón.

Comenzó a aumentar lentamente y cruzó el umbral de las 300 ppm alrededor de 1900. Los niveles de CO2 se aceleraron a medida que los automóviles y la electricidad se convirtieron en elementos importantes de la vida moderna, y recientemente superaron las 420 ppm.

La concentración de metano, el segundo gas de efecto invernadero más importante, se ha duplicado con creces. Ahora estamos emitiendo carbono mucho más rápido que hace 56 millones de años.

Científicos buscan evidencias sobre el cambio climático bajo el mar. Foto: REUTERS / Lucas Jackson

Científicos buscan evidencias sobre el cambio climático bajo el mar. Foto: REUTERS / Lucas Jackson

4.

– ¿Por qué debería preocuparnos que el planeta se haya calentado algunas décimas de grado desde el año 1800?

Una fuente común de confusión en lo que respecta al cambio climático es la diferencia entre tiempo y clima. El tiempo es el conjunto de condiciones meteorológicas que cambian constantemente y que experimentamos cuando salimos a la calle, mientras que el clima es la media a largo plazo de esas condiciones, normalmente calculada en un período de 30 años. O, como dicen algunos: el tiempo es tu estado de ánimo y el clima es tu personalidad.

Así que, aunque algunas décimas de grado no representan un gran cambio en el tiempo, sí lo es en el clima. Como ya hemos visto, es suficiente para derretir el hielo y elevar el nivel del mar, para cambiar los patrones de lluvia en todo el mundo y para reorganizar los ecosistemas, enviando a los animales a correr hacia hábitats más fríos y matando árboles por millones.

También es importante recordar que se habla de una media mundial, y en muchas partes del mundo ya se han calentado más que esas décimas de grado.

Los cambios relativamente pequeños a largo plazo en los promedios climáticos también modifican los extremos de manera significativa. Por ejemplo, las olas de calor siempre han existido, pero en los últimos años han batido récords.

En junio de 2020, una ciudad de Siberia registró temperaturas de 37 grados. Y en Australia, los meteorólogos han añadido un nuevo color a sus mapas meteorológicos para mostrar las zonas donde las temperaturas superan los 51 grados.

El aumento del nivel del mar también ha incrementado el riesgo de inundaciones debido a las mareas de tempestad y las mareas altas. Estos son los primeros síntomas del cambio climático.

El calentamiento global agravará las desigualdades actuales y los países más pobres serán los más afectados.

5.

. ¿El CC no forma parte de los ciclos naturales de calentamiento y enfriamiento del planeta?

El clima de la Tierra siempre ha cambiado. Hace cientos de millones de años, todo el planeta se congeló. Hace 50 millones de años, los caimanes vivían en lo que ahora llamamos el Ártico. Y durante los últimos 2,6 millones de años, el planeta ha alternado entre épocas glaciares, en las que las capas de hielo cubrían gran parte de América del Norte y Europa, y periodos interglaciares más suaves, como en el que nos encontramos ahora.

De hecho, sabemos que diferentes mecanismos provocaron cambios en el clima en el pasado. Los ciclos glaciares, por ejemplo, fueron desencadenados por variaciones periódicas en la órbita de la Tierra, que tienen lugar a lo largo de decenas de miles de años y cambian la forma en que la energía solar se distribuye por el globo y a lo largo de las estaciones.

Se detectaron aluviones de agua dulce en el Ártico, lo que puede alterar las corrientes y las temperaturas en el norte de Europa.

Se detectaron aluviones de agua dulce en el Ártico, lo que puede alterar las corrientes y las temperaturas en el norte de Europa.

Estas variaciones orbitales no afectan mucho a la temperatura del planeta por sí solas. Pero desencadenan una cascada de otros cambios en el sistema climático; por ejemplo, el crecimiento o la fusión de vastas capas de hielo del hemisferio norte y la alteración de la circulación oceánica.

Estos cambios, a su vez, afectan al clima al alterar la cantidad de nieve y hielo que reflejan la luz solar, y al modificar las concentraciones de gases de efecto invernadero. De hecho, esto es parte de lo que sabemos: que los gases de efecto invernadero tienen la capacidad de afectar significativamente a la temperatura de la Tierra.

Durante al menos los últimos 800.000 años, las concentraciones atmosféricas de CO2 oscilaron entre unas 180 partes por millón durante las épocas glaciales y unas 280 ppm durante los períodos más cálidos, a medida que el carbono se desplazaba entre los océanos, los bosques, los suelos y la atmósfera.

Estos cambios se produjeron a la par que las temperaturas globales, y son una de las principales razones por las que el planeta se calentó y se enfrió durante los ciclos glaciares, y no sólo en los polos congelados.

Hoy, sin embargo, los niveles de CO2 se han disparado hasta las 420 ppm, lo máximo que han alcanzado en al menos 3 millones de años.

La concentración de CO2 también está aumentando unas 100 veces más rápido que al final de la última edad de hielo. Esto sugiere que está ocurriendo algo más, y sabemos qué es: desde la Revolución Industrial, los humanos han quemado combustibles fósiles y liberado gases de efecto invernadero que están calentando el planeta ahora.

Protesta de ambientalistas en Buenos Aires. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni

Protesta de ambientalistas en Buenos Aires. Foto: EFE/Juan Ignacio Roncoroni

6.

– ¿Qué nivel de gravedad van a tener los efectos del CC?

Si seguimos como hasta ahora, a fines de siglo hará demasiado calor para salir a la calle durante las olas de calor en Medio Oriente y el sur de Asia.

Las sequías se apoderarán de Centroamérica, el Mediterráneo y el sur de África. Y muchos países insulares y zonas bajas, desde Texas hasta Bangladesh, se verán superados por la subida del mar.

Por el contrario, el cambio climático podría traer un calentamiento y una prolongación de las temporadas de cultivo en Canadá, los países nórdicos y Rusia.

El mensaje subyacente es sencillo: si no se controla el cambio climático, es muy probable que se agraven las desigualdades existentes.

Los países más pobres serán los más afectados, a pesar de que sólo han emitido una fracción de los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento.

Esto se debe a que muchos de los países menos desarrollados tienden a estar en regiones tropicales donde el calentamiento hará que el clima sea cada vez más intolerable para los seres humanos y los cultivos.

Estos países también suelen grandes poblaciones costeras y personas que viven en viviendas improvisadas que se dañan fácilmente en las tormentas. Y tienen menos recursos para adaptarse, lo que requerirá de medidas costosas como el rediseño de las ciudades, la ingeniería de las costas y el cambio en la forma de cultivar los alimentos.

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