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Coronavirus

Casi 6 millones de vacunas sin aplicar y provincias sin stock: hay debate sobre el reparto

Mientras algunos distritos están al día y podrían aplicar más dosis contra el Covid, otros guardan hasta casi el 40 por ciento de las que recibieron. La opinión de los expertos.

En la Argentina hay casi seis millones de dosis distribuidas sin aplicar. Las cifras surgen del Monitor Público de Vacunación contra el Covid y también exponen que según se viva en una provincia u otra el acceso a la inmunización es dispar. 

Mientras que algunos distritos reciben dosis y las aplican hasta casi agotar stock. En otros, las vacunas quedan reservadas en depósitos y tardan en llegar a la población. Traducido: están pero en lo inmediato no se usan. Eso a veces sucede por una logística ineficaz y otras veces por la resistencia de algunos sectores de ser inoculados contra el coronavirus.

Frente a esta brecha en la inmunidad, surgen varias preguntas: ¿Se debe cambiar el método de distribución de las vacunas? ¿Tiene lógica seguir enviando dosis a una provincia que posee reserva? ¿Es necesario priorizar a los distritos sin remanente?

Desde el inicio del plan nacional de inmunización el criterio aplicado para repartir las dosis es la cantidad de población. Es decir se envían dosis en proporción al número de personas que habitan en cada provincia: más habitantes, más dosis; menos habitantes, menos dosis. Cuántas infecciones y muertes a causa del Covid-19 tenga una jurisdicción o cuántas personas mayores o con enfermedades posea no tienen influencia en el monto a recibir.

La aplicación de las dosis depende de las provincias. El Gobierno nacional las distribuye y después cada distrito se ocupa de vaciar los frascos con la vacuna en jeringas que inyectan a sus habitantes, según el orden de prioridad establecido por el Ministerio de Salud de la Nación. Luego registran a las personas inmunizadas en el sistema.

Hasta las 17 del lunes 16 de agosto el 13,87% de las vacunas distribuidas en la Argentina no habían sido aplicadas. Son en total 5.934.822 dosis. Visto en porcentaje, Misiones es el distrito con mayor brecha entre lo que posee y lo que aplicó en la población: el gap es del 35,8% (un total de 421.665 dosis). Le sigue Salta, con 27,7% (un total de 368.475); Chaco, con 27,5% (310.446); Santa Cruz, con 22,9% (80.000); Corrientes, con 21,1% (220.348); y Chubut, con 21% (120.359).

En tanto, otros distritos están casi al día. Según el monitor, la Ciudad de Buenos Aires y La Pampa son los puntos del país en los que casi no hay diferencia entre recepción y aplicación. El porcentaje para Capital es 0,1% (un total de 2.763). En La Pampa, la proporción es negativa: -2,1% (un total de -7.154). En ese caso, según fuentes de la administración pública, la vacunación iría más rápido que la carga de datos, lo que explicaría por qué figura que la cantidad de dosis aplicadas es superior a las que le fueron distribuidas.

Sobre el método de distribución algunos expertos tienen reparos. “El primer error fue repartir las vacunas por cantidad de población y no hacerlo por población objetivo, es decir adultos mayores y con comorbilidades, que tienen más riesgo de infectarse o morir por la infección de Covid”, dice Arnaldo Casiró, jefe del Servicio de Infectología del Hospital de Agudos Álvarez.

En Ciudad de Buenos Aires, por cada 100 personas, 21,7 son adultos mayores.  El distrito tiene una pirámide poblacional más envejecida que el promedio. Foto Luciano Thieberger

En Ciudad de Buenos Aires, por cada 100 personas, 21,7 son adultos mayores. El distrito tiene una pirámide poblacional más envejecida que el promedio. Foto Luciano Thieberger

Ahora, que la mayoría de la población de más de 60 años fue o está siendo inoculada con las dos dosis -aunque aún, por el método de distribución determinado por Nación y por la escasez de vacunas, en la Ciudad hay adultos de más de 50 que están dentro del grupo de riesgo y no recibieron su segunda dosis de Sputnik-, Casiró considera que también debe reverse la metodología.

“El objetivo de la vacunación tiene que ser dinámico. Es prioritario identificar en qué lugares se necesita, lo más urgentemente posible, tener a la población vacunada con dos dosis”, dice y sigue: “El criterio de distribución no puede regirse por un número fijo. Es ilógico que haya distritos que podrían estar vacunando y no lo hagan por falta de dosis y que haya otros que tienen y no vacunan“.

“Amén de lo que pase en cada provincia, que el país tenga millones de dosis sin aplicar es inapropiado en un momento en el que la vacunación es la bala de plata para lograr mitigar la pandemia”, dice el infectólogo y jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños, Eduardo López.

En Buenos Aires resta aplicar 2.653.537 dosis. Existe una brecha del 16% entre las dosis distribuidas y las que ya utilizaron para inmunizar contra el coronavirus. Foto Guillermo Rodríguez Adami

En Buenos Aires resta aplicar 2.653.537 dosis. Existe una brecha del 16% entre las dosis distribuidas y las que ya utilizaron para inmunizar contra el coronavirus. Foto Guillermo Rodríguez Adami

“En Buenos Aires, los vacunatorios se tienen que acercar más a la gente -agrega-. No puede haber más de 2,5 millones de personas esperando. La gente se quiere vacunar, está esperando las vacunas. Hay que aumentar la cantidad de lugares, facilitar horarios y en algunas localidades ir a los barrios, más con una vacuna tan fácil de aplicar”.

En ese sentido, apunta a que en el Reino Unido los vacunatorios trabajaban hasta la media noche, para que las personas pudieran asistir después del trabajo. En Buenos Aires, en cambio, “los datos oficiales muestran una caída en la cantidad de dosis que se aplican sábados, domingos y feriados. Evidentemente trabajan menos horas o dan menos dosis esos días, que son los que más disponibilidad tiene la gente”.

Para López es necesario generar cambios en la estrategia de distribución, no tanto por la realidad disímil de cada distrito, sino por otro motivo.

Llegada de vacunas al Aeropuerto de Ezeiza. Foto Marcelo Carroll

Llegada de vacunas al Aeropuerto de Ezeiza. Foto Marcelo Carroll

“El gran problema que hubo con la repartija de dosis es que lo hicieron por número de habitantes y no por población objetivo. Si vos querés empezar por adultos mayores, tenés que medir cuántos son y no repartir según la proporción de habitantes. Que lo hayan hecho así retrasó mucho la vacunación, tanto para la primera como la segunda dosis, en los distritos que tienen más cantidad de adultos mayores”.

Misiones, la provincia con mayor brecha

Desde Salud Pública de Misiones, explican que la vacunación se ralentizó debido a que existe una menor demanda. Por un lado, afirman, hay grupos que, si bien no son antivacunas, rechazan ser inmunizados contra el coronavirus; y por otro, algunos sectores pertenecientes a congregaciones religiosas desalientan la vacunación.

Según la proyección del INDEC, casi el 40% de la población de Misiones es menor de 18 años. Y el objetivo inicial era el de llegar a 803.000 adultos. De ese total, ya se había inoculado hasta este viernes a 536.900 personas con primera dosis y 203.880 habían completado el esquema.

Como en la Provincia de Buenos Aires, las personas pueden acudir a vacunarse en Misiones cualquier día de la semana y sin turno previo. En la provincia mesopotámica además se sumaron vacunatorios móviles y se habilitaron centros de inmunizaciones en muchos barrios, pero la asistencia no aumenta.

Otro de los argumentos dados por la provincia, indica que existe una enorme población rural que tampoco busca la vacuna porque considera que no corre riesgo de contagiarse.

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