Un equipo de una ONG de personas con discapacidad cumple esa función en la planta de Longchamps.
El coronavirus es determinante en todo, la cuarentena sigue y también los vaivenes del mercado laboral relacionados con la pandemia. Muchos se vieron obligados a reinventarse para buscar una salida del laberinto.
En Buenas Manos es una ONG con más de 130 asociados con discapacidades: sordos, ciegos, personas en sillas de ruedas.
Normalmente, sus asociados están organizados en grupos de trabajo que realizan diferentes tareas para las cuales su hándicap no es impedimento.
Así, además de autosustentar la organización, buscan darle visibilidad a la capacidad de trabajo de personas con discapacidad.
“Los servicios que solíamos ofrecer antes de que apareciera el Covid-19 eran, por ejemplo, masajes brindados por personas ciegas, distribución de frutas por personas sordas, belleza de manos realizadas por mujeres en sillas de ruedas, entre otras cosas”, comienza contando Jimena Olazar, integrante de la ONG.
La pandemia barrió con todos los proyectos. E hizo surgir uno nuevo. Se capacitaron para una tarea demandada desde que se pusieron en marcha los primeros protocolos en prevención de salud y más todavía a partir de que comenzó la reapertura de la actividad industrial.
“Decidimos lanzar el servicio de desinfección contra el coronavirus, llevado adelante por nuestro equipo de personas sordas”, explica Olazar. “Se trabaja bajo el protocolo de seguridad y sanidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, agrega.
Actualmente, la ONG está realizando trabajos de desinfección en la planta de producción láctea de La Serenísima, ubicada en Longchamps, sobre la avenida Espora.
Desinfectan los camiones que trasladan productos todos los días
Por tratarse de una industria alimenticia, los controles sanitarios son permanentes. Pero en los últimos tres meses se potenciaron, con desinfecciones completas de los camiones que diariamente transportan yogures, postres, leche, quesos y otros alimentos.
Mediante máquinas pulverizadoras, los trabajadores de En Buenas Manos desinfectan totalmente los vehículos antes de que salgan a la calle. “Una acción indispensable”, reafirma Mariano Helou, gerente general de Logística de la planta de Longchamps.
“Cuando nos golpeó el impacto del Covid-19, decidimos no bajar los brazos. Por eso, en estos momentos cuando las empresas deben extremar el cuidado de las personas, lanzamos servicios que apuntan a combatir la expansión del virus en los lugares de trabajo”, dice Olazar.
No solo personas con discapacidad integran el grupo de trabajo. Santiago Amenta, un estudiante de programación sin dificultades auditivas, es uno de los que se encarga de desinfectar la fábrica junto a Enzo, su compañero sordo.
“Cuando se me presentó la oportunidad de trabajar ni lo dudé, más en esta época tan difícil. Al enterarme de que mi compañero era sordo lo tome como un desafío”.
!Aprender otro lenguaje era algo que no tenía previsto, para nada -agrega-. Y hoy me siento un afortunado. Los gestos dicen más que mil palabras”.