La pandemia fue incluida en un informe global, junto con el cambio climático, la guerra nuclear y la sobrepoblación.
A las pocas semanas de haber sido declarado pandemia, el coronavirus logró poner en jaque los sistemas de salud de muchos países y demostró lo vulnerable y poco preparada que está la humanidad para resolver una catástrofe de forma coordinada. Esta nueva cepa -que se propaga con gran eficacia de una persona a otra y ha causado cerca de 240 mil muertes- ya está entre las diez amenazas que comprometen el futuro de la civilización, de acuerdo a un informe.
Un grupo de la Australian National University, denominado CHF (Commission for the Human Future) incluyó al coronavirus en una lista de amenazas fatales, como un claro ejemplo del avance de las pandemias que vienen advirtiendo los expertos hace décadas. El informe destaca “la combinación devastadora de una economía global entrelazada, falta de preparación, acción tardía, desconexión social e hiperindividualismo”.
Todos estos factores dejaron en evidencia la falta de consensos mundiales para hacerle frente. Así, el Covid-19 quedó al mismo nivel que la falta de agua, el colapso del ecosistema, el aumento de población descontrolado, la inseguridad alimentaria, la contaminación química, las armas nucleares, el calentamiento global y cambio climático inducido, el desarrollo de poderosa tecnología sin control y la incapacidad para entender y actuar preventivamente sobre los riesgos.
Estas diez amenazas, indica el informe, deben entenderse y analizarse como un sistema complejo e interconectado, no como algo independiente. Por lo tanto, la recomendación es abordarlas en simultáneo, para que ninguna de ellas agrave su condición.
El cambio climático y el coronavirus, dos de las grandes amenazas para el futuro de la humanidad.
“En la actualidad, ningún gobierno en el mundo tiene un plan para enfrentar todos estos riesgos y tratarlos como un sistema total, para encontrar la mejor y más segura salida de ellos. Esta falta de preparación significa que la humanidad continuará siendo emboscada por crisis imprevistas. Este informe es un llamado a todas las naciones y todas las personas”, argumentó John Hewson, presidente del CHF.
Después de los graves impactos climáticos en todo el mundo, incluidas las sequías, inundaciones, tormentas e incendios, la pandemia de coronavirus es un llamado de atención a toda la humanidad para solidarizarse y trabajar en forma unificada.
“Para sobrevivir y prosperar también necesitamos desarrollar una visión más centrada en nuestro futuro en lugar de una antropocéntrica o económica, que fomente un mundo natural que sea capaz de sostener no solo a los humanos, sino a todas las demás especies, hábitats y ecosistemas que sostienen la vida en el planeta “, dijo el profesor Hewson.
Las medidas que adopten los gobernantes sobre estas diez amenazas existenciales en los próximos años permitirán determinar si las generaciones presentes y futuras enfrentan un futuro seguro, sostenible y próspero o la posibilidad de colapso e incluso extinción.
La doctora Arnagretta Hunter, miembro fundacional de ANU Fellow for the Human Future y miembro de CHF, dijo que si bien las amenazas eran “sombrías”, la Comisión tenía un mensaje de esperanza.
“Podemos cambiar las cosas si podemos sacar a la gente adecuada al frente, dando los mensajes correctos. Si entendemos claramente la naturaleza y las causas de los riesgos, ideamos soluciones integradas y tomamos medidas tempranas para desactivarlos. Cuanto más se demore, mayor será la pena, tanto económica como en la vida humana”, advierte.
En un mundo azotado por la pandemia y con preocupantes niveles de contaminación, la Comisión expresó su preocupación porque los nueve países con capacidad nucleares (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Paquistán, Israel y Corea del Norte) continúan actualizando sus arsenales con nuevas armas de destrucción masiva.
Para lograr un cambio significativo es crucial una reforma política radical. La mitad del planeta vive en una “democracia” autoproclamada y menos del 5% en una democracia real.
Uno de los problemas críticos es que la mayoría de los ciudadanos sienten que el control del gobierno se ha centralizado o corrompido. Las decisiones no están siendo tomadas por y para las personas, sino para unos pocos. El mundo precisa una democracia más efectiva y la construcción y fortalecimiento de la ciencia.
“Los políticos no escuchan las advertencias y las proyecciones. Se enfocan a muy corto plazo y no piensan estratégicamente. Ignoran los riesgos o consideran algo como una pandemia, pero creen que nunca va a suceder. La frustración es que estamos encontrando una manera de adaptarnos al coronavirus. Y tal vez desarrollando una recuperación algo efectiva”, advirtió Hewson.