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El lenguaje secreto de los pedófilos en la red: así funcionan

Triángulos, corazones y mariposas es la simbología tras la que se esconde la pornografía infantil.

Un triángulo grande que incluye uno pequeño, un corazón que duplica la forma o una mariposa con las alas de diferentes colores son algunos de los elementos que la simbología pedófila usa en la red.

El triángulo azul es el símbolo de los pedófilos que se identifican a si mismos como boylovers, el corazón significa que se tiene interés por las niñas, y la mariposa con las alas azules y rosas significa que le gustan indistintamente ambos sexos.

Son símbolos básicos e infantiles duplicados, donde la forma más grande representa al adulto que acoge al pequeño, que sería el dibujo de menor tamaño. Cuanto más fino es el trazo de la línea, de menor edad es el perfil de víctima. El FBI emitió en el 2017 un informe sobre este tipo de simbología donde se afirmaba que había incluso bisutería pedófila.

Boylovers, BL, Girl Lovers o Childlovers son algunos de los nombres que usan en la red para identificarse y huir del término pedofilia.

Con el triángulo azul se identifican los pedófilos que persiguen niños (mayores trazo grueso, menores fino), el corazón a niñas, y la mariposa a ambos.

Con el triángulo azul se identifican los pedófilos que persiguen niños (mayores trazo grueso, menores fino), el corazón a niñas, y la mariposa a ambos.

Sucede lo mismo en aquellos pedófilos abstemios o desactivados, aquellos que tienen la atracción sexual hacia un menor pero que no consumen pornografía infantil, que se identifican bajo nombres como Virpeds (Pedófilos virtuosos) o MAPs (Minor Attacked Person).

Es un trastorno que implica una desviación sexual caracterizada por una excitación ante fantasías o actividades sexuales con niños pre púberes, generalmente menores de 13 años.

Los pedófilos sienten atracción sexual por menores pero pueden o no consumir material de abuso sexual. Aquellos que no lo hacen son los llamados pedófilos abstemios y los que sí, son los pedófilos activos.

Aquellos que, además de consumir material, han pasado al acto de abusar sexualmente de un menor se consideran delincuentes duales y son los más peligrosos.

Imagen de la campaña Don´t offend de Berlin para frenar la pedofilia (Dontoffend).

Imagen de la campaña Don´t offend de Berlin para frenar la pedofilia (Dontoffend).

En 2013 se detectaron 13.343 contenidos de abuso sexual infantil en la red, en el 2019 fue de 132.730, un incremento del 894,75%.

El perfil principal de víctima es el de una niña (en 92% de casos, según IWF), de etnia caucásica, pre púber, de entre 11y 15 años. En su mayoría, el continente europeo (incluida Rusia y Turquía) es el principal huésped de este tipo de material, con los Países Bajos como máximo hospedador de pornografía infantil de Europa.

Por continentes le sigue América del Norte, aunque de lejos, y Asia.

El lenguaje secreto de los pedófilos en la red (Gustavo Rogé / Los Andes).

El lenguaje secreto de los pedófilos en la red (Gustavo Rogé / Los Andes).

El confinamiento ha provocado la pérdida de contactos y actividades sociales y ha encerrado en casa a personas con interés sexual en menores a solas con su ordenador. Aunque no hay un perfil claro, sí existen algunos rasgos característicos de este colectivo que lo diferencian del abusador sexual. El perfil del consumidor de pornografía infantil es un hombre joven (38 años de media), con un nivel de estudios alto y empleado. 

Para poder clasificar el material de abuso sexual infantil las autoridades usan escalas para dividir (del 1 al 10, por ejemplo con la escala Copine) en mayor o menor gravedad la victimización de los menores que las protagonizan.

En los niveles más altos hay la agresión grave (penetración, masturbación o sexo oral con un adulto) y sadismo y bestialismo (torturas y daño físico a un menor).

Los pedófilos organizan su colección en base a dos ejes: el temático, en base a diferentes prácticas sexuales o en el perfil de la víctima, si es un niño solo, o hay adultos. Y por el otro, el eje narrativo, el más psicológico, que muestra que la persona intenta generar fantasías de pseudo intimidad alrededor de un menor.

Sus colecciones tiende a tener imágenes del mismo niño en diferentes grados de sexualización. Por ejemplo, una foto haciendo algo cotidiano y al mismo tiempo, tener otro contenido de ese menor desnudo o en algún tipo de comportamiento sexual.

Algunas de estas imágenes por sí solas no serían pornografía infantil, pero sí lo son desde el punto de vista psicológico.

Póster de la campaña "Juega limpio", lanzada contra el turismo sexual en Brasil (La Vanguardia).

Póster de la campaña “Juega limpio”, lanzada contra el turismo sexual en Brasil (La Vanguardia).

Durante mucho tiempo se ha considerado que el material de abuso sexual infantil se reducía al internet oscuro (dark web), pero los expertos confirman que en la world wide web hay mucho contenido pedófilo accesible. A modo de ejemplo, a nivel global, el término child porn (pornografía de menores) tanto en Google como en Youtube se ha situado como un término de media-alta popularidad y búsqueda en estos últimos 12 meses.

En esta línea, según el informe de 2019 de la Internet Watch Foundation, cada vez se usan más webs donde alojar imágenes (image host, 84%), servicios de almacenamiento en la nube o archivos en línea, foros, redes sociales y de vídeo para distribuir el contenido de abuso sexual fuera del internet oscuro.

Esta producción se hace en contextos locales familiares o de “turismo sexual”. Entre los países donde más se elaboran este tipo de material hay América Central y del Sur, Rumania, Rusia y países del sudeste asiático. Legislaciones muy laxas, persecución policial escasa y altos índices de pobreza facilitan el acceso a las víctimas; en ocasiones, proporcionadas por los propios progenitores.

Al final de la escalera están los consumidores pedófilos, que se encuentran principalmente en Europa y América del Norte. Según los expertos, no tienen porque tener un alto dominio de las tecnologías ni un amplio equipamiento electrónico; en general, los contenidos son volcados a servidores de cualquier punto del mundo.

Entre los métodos más empleados está en primer lugar: la Red Tor (lo que se conoce como dark web). Según los expertos, en términos de distribución, les siguen las redes Peer 2 peer (P2P), las “Friend to Friend “(F2F) y foros de apología a la pedofilia.

Los foros de apología a la pedofilia no contienen material de abuso sexual pero son espacios donde se defiende este trastorno como una orientación sexual normal.

El grooming es la antesala de otros delitos como el abuso de menores, la pornografía infantil y la trata de personas (Imagen ilustrativa).

El grooming es la antesala de otros delitos como el abuso de menores, la pornografía infantil y la trata de personas (Imagen ilustrativa).

Para acceder a una de estas comunidades pedófilas graves, situadas generalmente en el internet oscuro, se puede hacer de varias maneras. Por ejemplo, gracias a la invitación de algún usuario con quien se ha contactado por un foro o red de apología.

Para entrar en este círculo grave es obligatorio ofrecer nuevo material. Según los expertos contactados, es importante que no sea antiguo. De este modo, los pedófilos consiguen dos cosas: por un lado, nuevo material y por otro asegurarse de que el nuevo miembro no es un policía infiltrado.

Una vez llegados a estas comunidades, la presencia de los miembros debe ser de forma asidua, manteniendo la relación y se pide ofrecer, (siempre que se pueda), material de abuso sexual infantil. Primero como forma para mantenerse en el grupo y, también, porque de esta manera se consigue prestigio social.

Generalmente, son comunidades internacionales donde puede haber miembros de todo el mundo y el idioma utilizado es el inglés. Dentro de estas comunidades graves,hay lo que se conoce como administrador o co administrador, que serían las posiciones de mayor grado dentro del círculo. Son aquellos que funcionan como coordinadores o moderadores, aportan material y gestionan el grupo y también deciden quién se queda y quién se va.

Los lazos personales entre los propios miembros de la comunidad pueden ser muy cercanos pero no es habitual que pasen a encuentros fuera de la red. También es común que formen parte de más de una comunidad si en la que están no les ofrece los recursos que demandan.

En estos foros, explican los expertos, además de consejos de seguridad y material de abuso hay otros elementos que también se comparten, como el Manual del pedófilo. Este documento, traducido del inglés explica a través de 170 páginas, como acercarse a niños. Por ejemplo, aconseja establecer relaciones con madres solteras para así tener acceso directo al menor, incluye simulacros de conversaciones y consejos para contactar.

Hay dos perfiles, el que quiere que el niño haga lo que él quiere para conseguir material de pornografía infantil y el otro, el que extorsiona hasta el punto de quedar y abusar de él (Imagen ilustrativa).

Hay dos perfiles, el que quiere que el niño haga lo que él quiere para conseguir material de pornografía infantil y el otro, el que extorsiona hasta el punto de quedar y abusar de él (Imagen ilustrativa).

Este 2019, en base a los datos de Internet Watch Foundation se ha confirmado una tendencia creciente en el aumento del contenido de abuso sexual auto generado por las propias víctimas. Este tipo de contenidos se consiguen a través de servicios de vídeo en directo (streaming) de dos formas: de víctimas a las cuales se les ha hecho grooming, es decir, el abusador chantajea y extorsiona al menor a través de las redes sociales. O bien, porque se ha pagado a la familia, generalmente en países con altos niveles de pobreza, para abusar en directo de aquel niño.

Esta modalidad supone casi una tercera parte (29%) del material total de abuso sexual infantil de todo el año 2019. Este tipo de contenido auto generado por las víctimas se grava a través de servicios en streaming y webcams y se comparte online.

Esta es una práctica muy segura porque el abuso en diferido tiene mucho menos riesgo para el abusador y menos control policial. Según los expertos, el turismo sexual en países en desarrollo alimentaba después las redes de distribución con material de abusos sexuales a niños. Sin embargo, para el abusador que lo generaba, suponía un problema de seguridad conseguir sacar ese material del país.

Hoy, los servicios de streaming permiten acceder a contenido sin la necesidad de poner su identidad e integridad en riesgo. En el caso del grooming, hay un engaño al menor para conseguir una primera fotografía y luego, mediante chantaje y extorsión, conseguir material cada vez más fuerte.

Hay dos perfiles, el que quiere que el niño haga lo que él quiere para conseguir material de pornografía infantil y el otro, el que extorsiona hasta el punto de quedar y abusar de él.

Según los expertos, hace unos años, con esta modalidad, los groomers accedían a niños mayores de 10 años, pero cada vez hay más material de menores de entre 7 y los 10 años, debido a que se ha avanzado la edad de tener móvil. Los datos de IWF, confirman esta tendencia y ponen de manifiesto que la franja de 7 a 10 años es la segunda que más sufre este tipo de abuso.

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