Preocupación, es quizás la palabra que más se escucha de las personas que habitan en las cercanías del río Pilcomayo, en el extremo noreste de la provincia de Salta, zona de triple frontera, con Bolivia y Paraguay. En estos días de lluvias y crecidas, la gente vive atenta al caudal del río en la cuenca alta, en la ciudad de Villamontes, en Bolivia.

La última crecida, el fin de semana, ya inundó las cañadas y zonas bajas, y provocó la rotura de anillos de contención de la comunidad indígena Monte Carmelo, que quedó aislada, aunque ayer el río se mantenía en bajante y en Misión La Paz, más arriba, estaba en 6,41 metros. Recostada sobre el Pilcomayo de un lado y la ruta provincial 54 del otro, Monte Carmelo está a casi 27 kilómetros del municipio cabecera, Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia.

El anillo principal que cedió en Monte Carmelo. 

Según un informe del lugareño Marcelo Córdoba enviado al Sistema de Alerta del Pilcomayo, en Monte Carmelo el agua “gana unos 400 metros sobre el camino bordeando el anillo”, lo que cierra la posibilidad de ingresar por esta vía. Y el anillo principal ubicado detrás del colegio terminó roto por la fuerza del agua, que le hizo un abertura de siete metros. Esta persona calculó que el anillo de refuerzo no fue desbordado “gracias a un desagote” que hicieron les habitantes, que ya prepararon otro desagote ante la posibilidad de que haya nuevas crecidas.

Córdoba recomendó que de manera urgente en esta comunidad se refuercen las defensas con el trabajo de maquinaria vial, “además de enviar palas y carretilla y bolsas para tierra”, y también se provea de alimento.

Siguiendo la ruta 54 (que comunica a Tartagal con las poblaciones de la costa del Pilcomayo), en el puente ubicado a la altura de la comunidad Santa María, el agua lo cubrió todo.

(Imagen: Gentileza Gabriela Aylan).

Del otro lado de Santa Victoria Este, entre La Estrella y Misión La Paz, el río avanzó hasta atravesar la ruta y estuvo a un tris de dejarla intransitable, contó el (niyat) cacique Alejo Gallardo. Justo las máquinas viales estaban en el lugar y pudieron evitar que el barro impidiera el tránsito, porque en esta parte la ruta solo está enripiada.

Sin embargo, Gallardo también se manifestó preocupado por la situación. Recordó que aún restan las lluvias de febrero y marzo y opinó que si hay otra crecida el agua terminará por dejar aislada a su comunidad. “Esto recién empieza”, advirtió.

En Misión La Paz la crecida no provocó ningún inconveniente hasta el ahora, pero eso podría ocurrir “en cualquier momento”, en palabras de Gallardo. Es que en la comunidad temen que si hay nuevos aumentos del caudal del agua del Pilcomayo, la correntada termine por arrastrar una vivienda de la empresa Evarsa (Evaluación de Recursos SA), cuya base viene siendo erosionada por el agua.

Gallardo alertó que si esa construcción cede, el río podría abrir una grieta y llegar hasta las viviendas de la comunidad, por lo que consideró que la ayuda “tiene que ser urgente” para reforzar ese lugar. Cerca de la construcción de Evarsa están las casas de Santos Jaime y Jorge Berruti, que serían las primeras afectadas.

Los cimientos de la casa de Evarsa. 

En Misión La Paz se encuentra el puente internacional que que une con Paraguay, a través de la pequeña localidad de Pozo Hondo. Gallardo contó que el agua golpea con mayor fuerza del lado argentino porque hace poco se construyeron defensas del lado paraguayo. La correntada golpea en este bloque de cemento y es empujada hacia la costa argentina, erosionándola.

Más atrás, en Santa Victoria Este, la comunicadora Fabiola Benítez, de FM Lhapakas, contó que están “todos preocupados” por el agua que ya desbordó el cauce del río. Contó que además de dejar aislada a Monte Carmelo, el agua también cortó el camino que va a Rancho El Ñato y que está intransitable el terraplén a Alto La Sierra, “en todas esas comunidades los caminos están intransitables”, sostuvo.

Benítez describió que la gente está atenta al nivel de río en Villamontes, y con temor a que nuevas crecidas dejen aislada incluso a Santa Victoria Este. “Tenemos la esperanza de que en Villamontes esté en bajante”, pero “se anuncian también lluvias en Bolivia”, lamentó.

Los Toldos sigue aislada

Por otra parte, en el extremo norte de la provincia, en el límite con Boliva, el pueblo de Los Toldos sigue aislado, luego de que la correntada del río Bermejo (cuya alta cuenca está también en el vecino país) arrastrara una de las bases del puente Bailey que permitía la salida a través de territorio boliviano.

El gobierno de Salta informó ayer que “(se) iniciaron las tareas para restaurar el paso vehicular”, aunque en la misma comunicación oficial aclaró que estos “trabajos avanzarán en la medida que no aumente el caudal de agua en la naciente del río Bermejo”. Según indicó, Vialidad de la provincia “rellenará el terraplén de acceso, restituirá la horizontalidad del puente y reforzará la protección del estribo”.

La referenta de la Comunidad Kolla El Arazay, de Los Toldos, Ninfa Segovia, informó “aun no se puede comenzar a arreglar” el puente, porque la noche de ayer el río volvió a crecer.