Pueden aparecer años antes del diagnóstico, según un estudio publicado en Neurology.
Antes de acceder al diagnóstico, las personas con esclerosis múltiple suelen vivir un largo tiempo con síntomas, sin saber a qué adjudicárselos. Dada la variedad de signos con los que puede manifestarse, muchas veces son tratadas sin éxito por otras patologías.
Pensar en la posibilidad de la esclerosis múltiple (EM) y buscarla si hay razones para la sospecha, contribuirá a bajar la demora diagnóstica que sufren los pacientes, comentaba en una nota publicada por Clarín Adriana Carrá, neuróloga y directora médica de la Asociación Esclerosis Múltiple Argentina, EMA.
Los resultados de un estudio reciente publicado en la revista Neurology pueden ser útiles en ese sentido.
Investigadores de la Universidad de La Sorbona, en Francia, identificaron cinco condiciones de salud asociadas con el diagnóstico posterior de EM.
“Pueden considerarse no solo síntomas prodrómicos, sino también síntomas en etapa temprana”, concluyeron los autores del trabajo publicado en la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
No obstante, aclararon que se trata de manifestaciones prodrómicas (es decir, que preceden a la enfermedad) que también es probable que ocurran en personas con otras dos patologías autoinmunes, el lupus y la enfermedad Crohn.
Desde depresión a infecciones urinarias
En algunas enfermedades, los procesos subyacentes pueden comenzar años antes de que se arribe al diagnóstico.
La investigación liderada por Celine Louapre halló que las personas que posteriormente desarrollan esclerosis múltiple tienen más probabilidades de tener afecciones como depresión, disfunción sexual, estreñimiento, cistitis e infecciones del tracto urinario cinco años antes de su diagnóstico.
La depresión es uno de los síntomas que puede preceder al diagnóstico de EM. Foto Shutterstock.
“Saber que estas afecciones pueden ser síntomas prodrómicos de la EM no conduciría necesariamente a un diagnóstico más temprano de la enfermedad en la población general, ya que estas afecciones son comunes y también podrían ser signos de otras enfermedades”, aclaró Louapre.
No obstante, sostuvo que esta información “podría ser útil para las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple”.
¿Quiénes tienen ese riesgo incrementado? Los individuos con antecedentes familiares o aquellos que muestran signos de EM en los escáneres cerebrales, pero no tienen ningún síntoma de la enfermedad, ejemplificó.
Enfermedades autoinmunes
En el estudio participaron más de 20 mil personas recién diagnosticadas con EM. Sus datos fueron contrastados con los de más de 34 mil individuos sin la enfermedad, de la misma edad y sexo (que conformaban el grupo de control).
A su vez, los registros de las personas con EM fueron comparados con los de pacientes con enfermedad de Crohn y lupus, dos patologías autoinmunes que afectan también con más frecuencia a mujeres que a hombres y a adultos jóvenes.
Los investigadores utilizaron la base de datos de registros médicos para ver si los participantes tenían alguna de 113 enfermedades y síntomas en los cinco años anteriores y posteriores a su diagnóstico.
¿Qué hallaron? Que las personas con EM tenían un 22% más de probabilidades de sufrir depresión cinco años antes de su diagnóstico que el grupo de control (es decir, sin EM). Tenían un 50% más de chances de sufrir estreñimiento, un 38% más de tener infecciones del tracto urinario, un 47% más de probabilidades de tener problemas sexuales y un 21% más de tener cistitis o infecciones de la vejiga.
En cuanto a la depresión, el 14% de las personas con EM tenían recetas de antidepresivos cinco años antes del diagnóstico, en comparación con el 10% de las personas que no vivían con la enfermedad. Mientras que cinco años después del diagnóstico, esa cifra ascendía al 37% en comparación con el 19% del grupo de control.
“Por supuesto que no todas las personas que tienen estos síntomas van a desarrollar esclerosis múltiple”, afirmó Louapre. “Esperamos que eventualmente estos primeros signos nos ayuden a comprender los mecanismos biológicos que ocurren en el cuerpo antes de que se desarrollen los síntomas reales de la enfermedad”, concluyó la autora del estudio, que contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación de Francia.
Es que la causa de la esclerosis múltiple todavía no se conoce (se sabe que influye cierta predisposición genética asociada factores ambientales), por lo que todavía no se ha podido determinar con claridad por qué se manifiesta en algunas personas.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa, autoinmune y crónica del sistema nervioso central que se presenta cuando el sistema inmunitario no reconoce a la mielina (tejido que protege las fibras nerviosas) y la ataca como si fuera un agente extraño. Al dañarla, afecta la habilidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos hacia y desde el cerebro.
Generalmente se presenta con brotes que pueden afectar a cualquier área del cerebro, el nervio óptico o la médula espinal. Es por eso, que la enfermedad en cada caso evoluciona distinto, alterando en mayor o menor medida la calidad de vida de los pacientes.
¿Cuáles son los principales síntomas de la esclerosis múltiple?
Los síntomas varían, ya que la enfermedad puede afectar diferentes áreas del sistema nervioso central, e incluyen: fatiga, problemas para caminar, visión doble, espasmos, pérdida de visión, incontinencia y problemas para orinar, pérdida del equilibrio, entumecimiento, dificultad para mover brazos y piernas, disminución del período de atención, pérdida de la memoria, dificultad para razonar y resolver problemas, depresión/tristeza, pérdida de audición, dificultades al hablar y problemas para masticar y tragar.
¿A quiénes afecta la esclerosis múltiple?
Suele ser diagnosticada entre los 20 y 40 años. Las mujeres tienen el doble de probabilidades de desarrollarla que los hombres. Es infrecuente que aparezca en niños y en adultos mayores de 65 años.
De acuerdo con los datos del último Atlas Mundial de la Esclerosis Múltiple, se calcula que 2,8 millones de personas viven con la enfermedad a nivel global, esto implica que alrededor de 1 de cada 3 mil tiene la afección.
En Argentina, el país de Latinoamérica con mayor prevalencia -también a partir de la información proyectada en el Atlas- se estima que afectaría a universo de 17 mil personas, aunque no todas están diagnosticadas.
¿Hay cura para la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple todavía no tiene cura, pero en la actualidad existen tratamientos que favorecen su control y pueden modificar su curso e incluyen desde interferones, terapias orales a anticuerpos monoclonales.