Desde España

España ha vuelto a las cifras de contagios del momento más álgido de la pandemia. A una semana del inicio de las clases de primaria, que comienzan en la mayoría de las regiones el próximo miércoles 10 de septiembre, el número de nuevos contagios se ha estabilizado en 8.000 diarios tras haber alcanzado los 9.700 el pasado 8 de agosto. Este martes reabrieron los jardines maternales.  Se trata de un panorama más que preocupante, ya que las autoridades sanitarias habían previsto este repunte para bien entrado el otoño y no cuando al verano le quedan todavía tres semanas por delante.

Las causas de este repunte son variadas y la primera hay que buscarla en el propio verano, donde se produjo una gran movilidad dentro del territorio con motivo de las vacaciones -pese a que casi no hubo turismo extranjero los españoles sí se desplazaron de unas provincias a otras- y la relajación propia de la temporada estival.

El Gobierno no resistió a la presión del potente sector turístico español, uno de los principales del mundo, y cedió a autorizar eventos, como el ocio nocturno o los conciertos al aire libre, que después y a la vista de los resultados se vio obligado a volver a restringir. Ya era demasiado tarde. Se demostró que la encrucijada entre preservar la salud y salvar lo que se pueda de la economía, en un país donde el turismo genera más del 14 por ciento del Producto Interior Bruto, tiene difícil solución. El 29 de junio, a las puertas del verano, se había registrado el número más bajo de infecciones, un total de 200, pero la curva comenzó a dispararse apenas comenzó la época de vacaciones.

Sin embargo, aunque el panorama es peor que el que se esperaba tras seis meses de restricciones , dista de ser tan grave como en marzo o abril, cuando el número diario de fallecidos llegó a superar los 900. Ahora está situada en torno a 120, una cantidad importante pero lejana aún de la alcanzada en el peor momento.

Tampoco es comparable la presión sobre el sistema sanitario, estabilizada en 6.807 hospitalizados con una tasa de ocupación del 6 por ciento para esta patología.

Por este motivo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha descartado un nuevo confinamiento generalizado de la población , ya que la situación es muy diferente a la de marzo. Hay menos fallecidos, más de la mitad de las personas que se contagian son asintomáticas y la edad media es más baja. En parte, el aumento del número de contagios detectados se atribuye a que se están realizando más pruebas.

Una de las situaciones que preocupa, a pocos días del inicio de las clases, es la posibilidad de que se confundan los síntomas de la covid-19 con los de la gripe estacional. No obstante, se confía en la experiencia de los países del Hemisferio Sur, donde la incidencia de la gripe ha sido menor a la de años anteriores debido al uso generalizado de barbijos y al cumplimiento de las medidas de higiene personal recomendado para combatir al coronavirus.

Asimismo, España se ha integrado en la estrategia europea para hacer una compra conjunta de la vacuna que está desarrollando AstraZeneca y la Universidad de Oxford , la misma que se producirá en Argentina y México para América Latina. La semana pasada, Illa vaticinó que las primeras dosis podrían comenzar a llegar a España a finales de este año.

Mientras tanto, el Gobierno español ha desarrollado una aplicación para teléfonos celulares denominada Radar Covid que ya está operativa en cinco regiones y que permite rastrear los contactos de las personas que resulten contagiadas de modo de tener un control de posibles nuevas infecciones. El lanzamiento de esta aplicación, que requiere para resultar útil que se la descarguen al menos diez millones de usuarios, estaba previsto para mediados de septiembre, pero se ha adelantado ante el aumento de casos.