El ex juez de la Corte Suprema planteó la necesidad de una nueva Carta Magna y anticipó un aumento en la inseguridad por la pandemia.
El ex juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni se volvió a mostrar a favor de reformar la Constitución para salir de la crisis generada por el coronavirus ya que “van a aumentar los niveles de pobreza” y por lo tanto “va a ser necesario elaborar un proyecto de Estado”.
“No nos alcanza con la Constitución de 1949. Necesitamos algo más. De toda crisis de esta naturaleza surge un modelo de Estado; de la de 1929 salió el New Deal y de acá va a salir un nuevo modelo de Estado. Es imprescindible, inevitable una nueva Constitución”, insistió.
Zaffaroni formuló sus declaraciones durante su participación en un ciclo de charlas digitales organizadas por la agrupación Populismo K. El actual integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos planteó que la Argentina “no puede tener una Constitución que permita que un día un señor que gana una elección por un voto endeude el país en miles de millones de dólares que entran por un lado y se van a los refugios fiscales por otro”.
Y agregó, en clara referencia a Mauricio Macri: “No puede ser, es comprometer el PBI, el trabajo, el valor agregado, por décadas, porque un señor ganó una elección por un voto. Algo ahí está fallando”.
Respecto de si existe la oportunidad política para reformar la Carta Magna, el magistrado dijo que no lo sabe, ya que eso “depende de múltiples circunstancias, sobre todo con esto de la pandemia”.
“Ningún mal es eterno pero hay que ver a qué mundo salimos, con qué sociedad, con qué nuevas necesidades…”, agregó.
Consultado por la inseguridad en la salida de la pandemia, el jurista anticipó: “Va a recrudecer en los próximos meses. Si respondemos a reglas universales, una crisis como la que va a producir este desastre (la pandemia) siempre aumenta los delitos contra la propiedad. Es inevitable”.
En línea con la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, quien consideró que “no son muchos los robos” que están sucediendo y que son los medios de comunicación que “los hacen visibles”, Zaffaroni también cargó contra el periodismo.
“Además de los delitos van a recrudecer los comunicadores sociales, los deformadores de opinión, todos esos bestias que aparecen instigando a la venganza”, disparó.
Y analizó: “Si vas a la cárcel la encontrás llena de pobres. ¿A qué se debe? se debe a que nuestras sociedades muy estratificadas tienen distintos niveles de entrenamiento, es decir en una villa no aprendes a hacer una sociedad off shore o a evadir impuestos y el que por su clase social aprende a hacer eso no sabe cómo sacarle la billetera al que va al lado suyo en el colectivo”.
“Siempre se hace lo más fácil. Encontrar a un estúpido vestido de ladrón por la calle, portador de estereotipos, un estereotipo caminando que roba y hace cosas groseras, que no tiene ningún poder social, no trae ningún inconveniente meterlo preso”, siguió.
“El sistema penal es estructuralmente selectivo, pero no solo para criminalizar, es selectivo también para victimizar. Cuanto más pobre sos en la sociedad tenes mayor riesgo de criminalización y mayor riesgo de victimización, porque no te podes pagar seguridad privada, porque vivís en una vivienda vulnerable, en un barrio más violento… uno se pregunta: ¿Es contra ellos que se ejerce este poder punitivo discriminador y sin embargo lo piden? Lo piden porque son más victimizados; en una de esas lo vas a encontrar menos permeable al discurso de mano dura en ciertos sectores de clase media porque no son victimizados. El que vive la victimización tiene una bronca bárbara, es natural y no hay nada que hacer”, agregó.
De todas formas, Zaffaroni definió el reclamo de “mano dura” como una “campaña populachera de venganza que prende en ciertos sectores” y cuyo resultado es la existencia de “cárceles superpobladas donde hay más riesgo de infecciones, de enfermedades y de violencia”.
“Cuando la cárcel está muy superpoblada, los guardiacárceles pierden el control interno, que queda en manos de una banda que somete a los presos a condiciones de humillación y de servidumbre. A veces de servidumbre sexual. Metes a un tipo ahí y ¿qué sacás? Alguien con un grado de resentimiento social enorme, alguien mucho más deteriorado que cuando entró. Lo sacás con un certificado de incapacidad laboral porque nadie contrata a un tipo que estuvo preso. El efecto real es de reproducción de delincuencia”, apuntó.
Por último se refirió a la llamada “ideología de resocialización”: “No le podés decir al pibe chorro ‘sé buenito’, porque te va a decir: ‘¿Por qué voy a ser buenito si hay otros que son un hijo de tal por cual y están sueltos?’ Y tiene razón. Le tenes que decir: ‘No seas boludo’. Ese es el asunto, tratar de redefinir su subjetividad de ‘yo soy el piola porque salgo de fierro’. Bueno, no seas pelotudo, porque te van a cagar a tiros en la esquina, vas a terminar en un zanjón”.