Las fuerzas armadas israelíes acusaron un ataque en el sur del país, horas después de una operación en Cisjordania en la que murieron once ciudadanos de Palestina.
Israel bombardeó este jueves la Franja de Gaza, un día después de una operación en Cisjordania ocupada que causó la muerte de once palestinos, entre ellos un menor y seis milicianos. Lo hizo tras reportar que combatientes palestinos lanzaron seis cohetes desde aquella zona hacia el sur de su país.
“Hace unos instantes, aviones de combate atacaron un centro de fabricación de armas perteneciente a la organización terrorista Hamás, situado en el centro de la Franja de Gaza”, así como “un complejo militar en el norte de la Franja” perteneciente a la misma organización, indicó un portavoz del Ejército de Israel en un comunicado.
Ese complejo, que también se utilizaba como almacén naval de armas, está situado junto a una mezquita, un centro médico, una escuela, un hotel y una comisaría de policía, añadió la misma fuente, al considerar que Hamás, una organización islamista que gobierna de facto en Gaza desde 2007, “sitúa deliberadamente sus activos (bélicos) en el corazón de zonas civiles”.
Estos bombardeos, que según las autoridades israelíes “dañaron significativamente las capacidades” de Hamás, fueron realizados en respuesta a los seis cohetes disparados horas antes desde el enclave, y que hicieron sonar las alarmas antiaéreas de las localidades israelíes de Ashkelon, Sderot y la zona que rodea la Franja.
“Cinco de los cohetes fueron interceptados por el sistema de defensa aérea y un cohete cayó en una zona despoblada”, precisó el portavoz del Ejército. Los objetivos eran las ciudades de Ascalón y Sederot.
El sistema de defensa aérea de Israel interceptó cinco cohetes. Foto REUTERS/Amir Cohen
Hasta el momento, ninguna milicia palestina ha reivindicado el lanzamiento de cohetes, y no se han reportado víctimas en ninguna de las dos partes, aunque parecieron ejecutarse en represalia a la operación del miércoles en Nablus, que causó la muerte de once palestinos, incluido un menor, y dejó otro centenar heridos por disparos del Ejército israelí, en una de las jornadas más violentas en la zona en los últimos años.
Según las fuerzas israelíes, su operación tenía “el objetivo de detener a sospechosos involucrados en ataques” contra israelíes, quienes además ya estaban planeando nuevos atentados.
Las tropas israelíes mataron a los tres palestinos que buscaban: Hossam Aslim, Muhamad Fatah y Walid Dahil.
Entre el total de muertos por la redada, que derivó en fuertes disturbios y tiroteos en el centro de Nablus, hay seis milicianos vinculados a grupos armados locales, y también civiles.
Este tipo de operaciones se han hecho casi cotidianas desde finales de marzo del año pasado, cuando Israel lanzó la operación llamada “Romper la ola” como respuesta a una serie de ataques mortales por parte de palestinos o árabes israelíes.
El conflicto palestino-israelí vive un nuevo pico de violencia, que sólo en lo que va del año ha dejado 11 muertos del lado israelí y ha costado la vida a 60 palestinos, el número “más elevado” en territorio ocupado desde el año 2000, según el Ministerio de Sanidad de la ANP.