Lo aseguró la Fundación Mundo Marino en un reporte anual sobre los animales asistidos que además determinó que, al igual que ocurrió en años anteriores, los cuadros de desnutrición fueron la afección más predominante
De un total de 259 animales, entre mamíferos, aves y reptiles marinos, 85 animales fueron encontrados sin vida durante las tareas de monitoreo, y 174 pudieron ser rescatados y asistidos por los técnicos de la Fundación Mundo Marino. De ellos, 58 lograron recuperarse de sus afecciones y pudieron ser reintroducidos a su hábitat mientras que 19 solo requirieron asistencia profesional en playa sin necesidad de ser trasladados al centro de la entidad y otros seis permanecen en rehabilitación.
Debido a la seriedad de sus afecciones, 91 de los animales asistidos, en su mayoría aves marinas con cuadros de desnutrición y parálisis, no lograron sobrevivir.
“Durante los primeros meses, sólo recibimos animales rescatados por autoridades como el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, Prefectura Naval y del Ministerio de Ambiente que nos derivó animales para rehabilitación y posterior reinserción. A su vez, en los momentos más estrictos del aislamiento, al no haber gente en playa, tampoco hubo posibilidad de que nos avisen en caso de hallar algún animal que necesitara asistencia”, explicó Andrea Cabrera, vicepresidenta de la entidad.
Lo dijo al explicar que 2020 fue un año atípico para las labores de rescate y asistencia de fauna marina por las necesarias restricciones que generó la pandemia. En ese sentido, en una primera etapa que se prorrogó hasta julio, inclusive, las salidas diarias a playa para el monitoreo así como los traslados entre localidades y partidos estuvieron restringidas por seguridad, excepto que fuesen especialmente autorizadas por las autoridades de aplicación. Por ello, se hayan asistieron a un 35% menos de animales que en 2019.
Respecto a las principales causas que afectaron a la fauna marina durante el año pasado, enumeran: la falta de alimento (en el 51,6% de los casos). Una afección que se vio presente sobre todo en los pinnípedos, puntualmente en los lobos marinos de Uno y Dos Pelos (Otaria flavescens y Arctocephalus australis, respectivamente).
De un total de 61 lobos marinos, 36 presentaron cuadros de desnutrición y deshidratación. El mismo cuadro de situación se dio con los pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus): de 64 asistidos, 35 presentaron cuadros de desnutrición y deshidratación.
“En ambos casos, son especies marinas que metabolizan el agua a través del alimento sólido que ingieren, por lo que frente a la falta de alimento sobreviene un cuadro de desnutrición y de deshidratación seguido de hipotermia que, en algunos casos, lamentablemente lleva a la muerte del animal”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación.
Respecto de las causas que hacen que estos animales no encuentran alimentos, Rodríguez Heredia sostuvo: “Desde la sobrepesca hasta la emergencia climática que altera la temperatura de las aguas y la consiguiente distribución de las presas pueden afectar la normal oferta de alimento para estas especies”.
En ese tono agregó: “Lo que es claro es que estos animales con su sola presencia son centinelas de lo que ocurre mar adentro y no estamos pudiendo ver. Cada uno de ellos es un indicador biológico que evidencia las alteraciones que sufre nuestro ecosistema marino”.
El segundo tipo de causa que más afectó a la fauna marina es la parálisis: las aves son quienes más la sufren. De un total de 125 aves marinas, el 24% presentó este cuadro (30 en total) y la tercera causa son las redes de pesca, lo que representó el 2,7% de las afecciones, aunque ese porcentaje podría ser aún mayor.