Siete futbolistas juveniles, entre ellos un argentino, fueron liberados en las últimas horas por la Guardia Civil en la ciudad de Cádiz, en el sur de España, tras la desarticulación de una red de trata de personas que los explotaba sexualmente y los mantenía encerrados en condiciones infrahumanas.
Los jóvenes eran todos aspirantes a futbolistas y habían llegado a España con la promesa de un trabajo bien remunerado y un contrato con un club. Sin embargo, al llegar a Cádiz los chicos se encontraron con una pesadilla.