Las últimas horas en el barrio Pompeya, de la localidad bonaerense de Merlo, fueron tensas. Allí, un hombre mató de un balazo a uno de sus vecinos, se atrincheró en su casa y luego de enfrentarse a tiros con los efectivos del Grupo Halcón de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, finalmente fue abatido.
Según confirmaron fuentes policiales a Infobae, el violento episodio ocurrió en una vivienda ubicada sobre la calle Curuzú Cuatiá al 565, donde José Antonio Soria, de 52 años y empleado de una agencia de seguridad, se refugió luego de asesinar a Gastón Blasco (36), un vecino con el que al parecer mantuvo una discusión.
Debido a la gravedad de la situación, las autoridades montaron un gran operativo en los alrededores que incluyó la participación del Grupo Halcón y de varios efectivos más. Hasta el lugar llegó incluso el jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Daniel García, junto a otros miembros de la fuerza que perimetraron la zona y llamaron también a un especialista en este tipo de situaciones para que negocie con el sospechoso.
Sin embargo, el agresor no mostró ninguna intención de deponer su actitud durante toda la noche, por lo que los uniformados finalmente ingresaron a la propiedad y lo mataron. El dato que tenían los efectivos era que Soria tenía en su poder varias armas de fuego, de puño y largas, como así municiones, un chaleco antibalas y un casco metálico de fabricación casera. Al ver que la tensión iba en aumento, decidieron actuar.
De acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, todo comenzó cuando agentes del Comando Patrulla de esa jurisdicción se desplazaron hasta la escena del crimen -calle Coccio entre Dean Funes y Alejandro Dumas- tras un llamado al teléfono de emergencias 911 de Raquel, la esposa de Blasco, quien avisó que su esposo había sido herido con arma de fuego por Soria.
Al llegar al lugar, los uniformados observaron que en el interior de la propiedad se encontraba el hombre de 36 años tendido en el suelo, ensangrentado y sin señales de vida, al lado de su pileta. Pero no fue lo único que vieron: el agresor todavía estaba en la propiedad de su vecino y al notar sus presencia, los recibió a los tiros. Luego saltó la medianera para atrincherarse en su casa mientras que los policías repelieron el ataque del sospechoso como pudieron.
Efectivos del Grupo Halcón participan del operativo (NA)
Algunos minutos después, llegó un móvil policial de apoyo. Fue entonces que el hombre de 52 años comenzó a dispararles a los policías que recién arribaban al lugar. Uno de los tiros -ratificaron las fuentes- impactó contra el frente del patrullero. Se inició entonces un tiroteo que se extendió por varios minutos y se solicitó el apoyo de más efectivos.
Concurrieron a la zona agentes de distintas comisarías de Merlo y del Comando Patrulla, quienes perimetraron la zona hasta el arribo de la División Especial de Seguridad Halcón. Casi de inmediato, intervino en la la causa el fiscal Fernando Capello, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial de Morón, quien se dirigió hacia el domicilio de la calle Curuzú Cuatiá para supervisar las tareas de los agentes.
En tanto, los investigadores intentaban determinar el motivo por el cual baleó a la víctima, que terminó muriendo poco después de haber recibido el disparo. Durante el violento episodio el agresor también habría atacado a un sobrino del hombre fallecido, quien logró escapar.
Las horas pasaban y la tensión no cedía. Al ver que Soria no presentaba señal alguna, los agentes del Grupo Halcón decidieron ingresar en la casa. Pero otra vez el hombre los recibió con una importante cantidad de disparos de distinto calibre, que terminarían por herir a dos efectivos del Grupo Halcón: el comisario mayor Oscar Alarcón, quien recibió un tiro en la pierna derecha y otro en el dedo meñique de su mano derecha y el subteniente Jonatan Medina, que fue herido en su pierna izquierda. Ambos fueron trasladados al hospital Eva Perón y están fuera de peligro.
En la misma secuencia, los policía lograron finalmente matar al agresor y dar por terminada la tensa situación. Al recorrer la casa, la Policía secuestró un impresionante arsenal. Soria contaba con un fusil de asalto con mira telescópica calibre 308, una escopeta 12/70 con posta de guerra, una pistola 9 milímetros marca Beretta y una ballesta de caza.
Según trascendió, este vigilante privado tiene antecedentes penales: en 2003 se abrió una causa por lesiones en la que él figura como damnificado por haber recibido un disparo en la pierna, mientras que en 2016 protagonizó un enfrentamiento con dos vecinos por el que terminó detenido. Además, en el 2019 fue denunciado por amenazas.