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Sociedad

Otro sitio web oficial expone dos datos privados y sensibles de los argentinos

Cualquiera puede saber dónde trabaja una persona. También, cuándo y dónde cobra cada jubilado. Esto se suma a otra Web que expone el dato la obra social.

Hace unos días, Clarín informaba que la página de la Superintendencia de Servicios de Salud permite chusmear la obra social de cualquier persona con solo ingresar su CUIL. La novedad ahora involucra un aspecto aún más sensible: la ANSES habilita la misma búsqueda (la obra social de un tercero), pero con el plus de que exhibe el CUIT del empleador asociado a esa persona. En otras palabras, es posible conocer adónde trabaja alguien. Reconstruir sus movimientos. Imaginar una posible cotidianeidad.

La base de datos en cuestión es el Padrón del Sistema Nacional del Seguro de Salud de la ANSES.

Luego de tipear el CUIL y el DNI (los números “del medio” del CUIL), todos datos disponibles en buscadores como Dateas o Cuitonline, “salta” la obra social a la que está afiliada la persona; el mismo dato que, como ya se contó, ofrece sin conflicto la Superintendencia. Pero hay más.

Hecho esto, la página ofrece cliquear el ícono de una impresora para abrir un archivo en formato pdf. Es el “comprobante de empadronamiento”, también llamado CODEM.

Ahí se detalla si la persona es monotributista, si está en relación de dependencia o si, en cambio, está jubilada, datos que parecen corresponder a lo que la ley de Protección de Datos Personales habilita publicar, dado que integran el llamado “perfil tributario”.

El problema es que si la persona es un empleado activo, el comprobante incluirá (sin que nadie le haya pedido tanto) el CUIT de su empleador, un número que parece inofensivo, pero del que, googleo simple mediante, se desprenden la razón social y el domicilio laboral de la persona.

Dónde cobra cada jubilado

Hay otro dato polémico, en una segunda base informativa que comparte la ANSES y a la que se accede libremente. Detalla dónde y cuándo cobra cada jubilado.

“Dónde”, implica el nombre de la entidad bancaria en cuestión, con número de sucursal y dirección. “Cuándo”, es el rango de fechas entre las que se pueden cobrar al menos dos meses, el actual y el siguiente.

Es ocioso describir los riesgos que esa información atañe. Se sabe que muchos jubilados aggiornados a la tarjeta de débito abandonaron las largas colas en el banco para obtener “cash” el primer día de cobro de la jubilación. Sin embargo, otros tantos no.

Quién se beneficia con las bases de datos personales

Se entiende que los datos volcados en ese segmento del sitio de la ANSES están dirigidos a los propios beneficiarios, adultos mayores que, sin dudas, deben acceder de un modo sencillo a la información relativa al cobro de su jubilación.

Pero llama la atención la falta de un pedido de logueo en la plataforma (como, en cambio, se pide para tantos otros trámites y consultas), o que la información no se comparta por un canal exclusivamente personalizado.

La página de la ANSES que ofrece los datos de cobro de los jubilados.La página de la ANSES que ofrece los datos de cobro de los jubilados.

A raíz de la publicación previa de Clarín sobre la base de datos con la obra social de cada ciudadano, una fuente bien conectada con ese sector contactó a esta cronista para explicar que, si la problemática se mira desde el lado de los efectores y de quienes gestionan la salud, los reservorios informativos de este tipo resultan un insumo central.

En especial valoró la existencia CODEM, así como otros datos de los beneficiarios, que consideró parte de una “batalla ganada” a la burocracia informativa del Estado.

Parece entendible, pero persiste la exposición pública de datos vinculados a elecciones personales y, sin dudas, a las condiciones laborales de cada persona.

Mientras la ley de Protección de Datos Personales habilita el “tratamiento” de datos siempre que se recaben para funciones específicas de los organismos estatales, no hay precisiones sobre si ese “tratamiento” incluiría el libre acceso a la información.

Sí se explica en la ley que cuando los datos excedan “DNI, identificación tributaria o previsional, ocupación, fecha de nacimiento y domicilio”, el organismo que los compile (sin consentimiento de los ciudadanos) debe dejar asentado para qué lo hace, algo no descripto en la página de la ANSES.

Autopista de servicios de la ANSES

En febrero de 2009, la resolución 76 de la Administración de Seguridad Social determinó, respecto del CODEM, que “responde a oportunidad, mérito y conveniencia utilizar los medios informáticos que constituye un gran avance y un mecanismo idóneo para la celeridad de su tramitación”.

Todo es airosamente presentado dentro de lo que el organismo llama “autopista de servicios”.

Desde el punto de vista del Derecho, la cuestión luce de otra manera. Pablo Palazzi, abogado experto en protección de datos personales y director del Centro de Estudios en Tecnología y Sociedad (CETYS) de la Universidad de San Andrés, opinó que, sin dudas, “están dando demasiada información”.

“Está bien que el trabajador pueda chequear on line su obra social, sus aportes… es una forma de controlar lo que paga el empleador. Pero un tercero puede ver no solo dónde vive la persona y cuál es su obra social sino también dónde trabaja. Es demasiada información, que debería ser privada”, analizó.

Sebastián Stranieri, CEO de VU, empresa de ciberseguridad enfocada en temas de protección de identidad, consideró que “es un tema de identidad”.

“Tu identidad es un set de credenciales: un usuario y un password. Eso es lo que está roto definitivamente y requiere una readaptación en pos de una identidad digital soberana que integre un entorno descentralizado”, señaló.

Porque, el problema -dijo- “es que no solo otros pueden ver tus datos sino que además uno no puede borrarlos”,

La ley de protección de datos personales

Sancionada en el 2000 cuando no había redes sociales, smartphones o Gmail, la ley que protege los datos personales es anticuada. Varios proyectos legislativos para actualizarla fueron perdiendo estado parlamentario.

Actualmente hay uno a la espera de ser enviado desde el Ejecutivo para su tratamiento en comisiones, impulsado por Beatriz Anchorena, directora de la Agencia Nacional de Acceso a la Información Pública, de la que depende el área de Protección de Datos Personales.

Clarín envió preguntas a esa dependencia, en relación a estos temas, pero al cierre de esta nota no se había obtenido una respuesta.

Para Palazzi, el tema es serio. La información laboral “la podría usar un acosador para seguir a su víctima”.

En este sentido, “el Estado tendría que tener un protocolo y reglas más claras para estos temas; no toda la información que el Estado tiene debe ser publicada libremente y sin límites. Se podrían incluir filtros o formas de evitar el acceso masivo a esos datos”.

Para Stranieri, “durante varios años se hicieron esfuerzos para que muchas de las empresas que acumulaban información y la vendían como fuente de datos, no pudieran indexarla y no fueran datos ‘googleables’”.

En línea con esto, “sin dudas tienen que actualizarse las regulaciones. Debe ser uno el que maneje y gestione los accesos a su información. Debe ser uno el que acepte o rechace que otro tenga permiso para ver datos confidenciales”.

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