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Sociedad

Pinamar: cómo es el nuevo perfil de turista que le pelea a los alquileres en dólares y la inflación

  • Mucho más que en veranos anteriores, los habitués de Pinamar están en modo “rebusque”.
  • Baúles llenos de comida, cenas en casa y menos churros en la playa son algunos de los cambios de hábitos de la temporada 2024.

La economía nuestra es comer en casa. Pero vamos viendo los precios. A lo sumo compramos alguna cosita en la playa, como un churro o un choclo, o un helado, pero tratamos de comer en casa”, remarca Marcelo Veliz.

Llegó con su familia a Pinamar el 29 de diciembre para pasar Año Nuevo y la primera quincena de enero. No es la primera vez que vienen, pero confiesan que disfrutar de estas vacaciones es “rebuscárselas” más que otros veranos.

Marcelo, Cecilia y el hijo de ambos disfrutan de los días en las playas de Pinamar en medio de otras tantas familias que han decidido empezar a recortar gastos para extender el presupuesto lo que más se pueda. Vienen desde Tucumán y este es el cuarto verano que eligen esta ciudad balnearia. El precio del alquiler del departamento les subió 200 dólares desde la última vez, en enero de 2023.

Cecilia explica que ellos ya tenían el contacto del propietario y que recién les dieron precio durante los primeros días de octubre: “Pagamos un dólar de 880. No era tan bajo tampoco, pero no un dólar a 900 o 1.000. Todavía no se sabía qué iba a pasar con el dólar y preferimos pagar en ese momento y no esperar a que siguiera aumentando“.

Los Veliz viajaron en auto desde Tucumán, y con ellos trajeron “un baúl lleno de mercadería” para pasar estas semanas sin tener que hacer grandes compras en Pinamar, más que solo algunas pequeñas a modo de “refuerzo”. Agregan que, de por sí, los precios en Tucumán son muy altos también.

Ambos comentan que la fiesta de Año Nuevo fue “una cena más austera, menos producida” dentro del departamento alquilado. No eligieron ningún parador frente al mar, ni reservaron ningún restaurante para esa noche de cierre de año.

Ignacio Pettinari llegó a Pinamar el 28 de diciembre junto a los otros cuatro integrantes de su familia. A diferencia de los Veliz, ellos pagaron 1.800 dólares la primera quincena de enero por un departamento a cinco cuadras de la playa.

“Nos cobraron 100 dólares más por los 4 días de diciembre. O sea, 1.900 dólares en total por 18 días. Además, por el 10% de comisión de la inmobiliaria tuvimos que dejar 400 dólares de depósito, por si algo se rompe. El departamento tiene dos dormitorios, dos baños, un comedor grande, una parrilla, y arriba tiene una pileta”, señala Ignacio. Su hija descansa en una carpa que trajeron para protegerse del calor del sol.

Viene de Santa Fe y cuenta que es el destino que más elige para vacacionar. Sin embargo, no niega que los precios de las cosas (también las comidas “playeras”) los sorprendieron mucho.

La familia Pettinari se instaló en Pinamar pagando un alquiler de 1.900 dólares: "Una cosa de locos la inflación que tenemos". 

Foto: Federico López ClaroLa familia Pettinari se instaló en Pinamar pagando un alquiler de 1.900 dólares: “Una cosa de locos la inflación que tenemos”. Foto: Federico López Claro

“Compramos dos churros ayer, y nos salieron 1.000 pesos. La última vez que vinimos la docena de los churros El Topo estaban a 500 pesos. Ahora está a 5.000 pesos. O sea, multiplicado por 10 en dos años. Una cosa de locos la inflación que tenemos. Pero bueno, ojalá se pueda bajar”, remarca Ignacio.

Su hija añade que recientemente en uno de los paradores de la playa ordenaron con su hermano dos milanesas con puré, una porción de papas y dos aguas: “Nos salió 15.000 pesos entre los dos. Unos 7.500 pesos cada uno”.

Para la noche de Año Nuevo, en cambio, la familia también optó por algo más “casero”. El gasto lo hicieron en un supermercado de la zona.

“Dos kilos de papa, dos kilos de cebolla, una batata, dos morrones, un kilo y pico de asado, bife de chorizo y unos chorizos nos salieron más o menos 25.000 pesos. Hicimos esas compras en el supermercado y los precios nos parecieron esperables para lo que fue la crecida de la inflación en los últimos meses”, concluye.

En la recorrida de Clarín por la playa de Pinamar no solo se ven familias que recortan presupuestos trayendo alimentos o conservadoras cargadas, sino además otras que llegaron para habitar sus propias casas o departamentos en alquiler por no haber podido cerrar ninguna operación.

Foto: Federico López ClaroFoto: Federico López Claro

Ese es el caso de Susana, quien prefirió no dar su apellido: “Si podíamos alquilar alguna quincena lo hacíamos, pero está todo muy difícil. Algunos te dicen que te falta el aire acondicionado, otros te ponen algún otro pretexto. Queda a 10 cuadras de la playa”.

“Los que buscan lo hacen por unos días, una semana, o un fin de semana. No está más el te alquilo un mes o te alquilo 15 días. Se hacen una escapada de fin de semana largo, o de jueves-viernes-sábado-domingo, nada más. Así está la situación, no hay plata“, concluye.

Las ventas en la playa: fuertes subas y cautela de la gente

Los precios están a la vista en muchos casos, en otros los turistas se acercan a consultar y ver qué les conviene comprar. El choclo está 2.000 pesos, la unidad de churro está 500 pesos, los helados en algunos casos llegan hasta 2.500 pesos.

Foto: Federico López ClaroFoto: Federico López Claro

Lorenzo Maciel es una de las tantas personas que trabajan en la playa vendiendo su producto, en este caso, chipás. El cuenta que los precios se colocaron en 3.500 pesos la docena y 2.000 pesos la media docena.

“El verano pasado la docena estaba 1.500 pesos. Todo subió porque subió la mercadería también. La bolsa de almidón, por ejemplo, estaba a 10.000 pesos el año pasado, ahora está a 33.000 pesos. La bolsa de 25 kilos te dura un día. El queso, en horma, está 4.000 pesos el kilo. El aceite del litro está creo que a 2.500. Por suerte se vende, pero todo cuesta“, dice.

La visión de Miguel Carrera, que también es vendedor ambulante, es que las ventas “están mal”.

“Hay gente, pero yo bajé con 10 sándwiches y llevo vendidos tres. Ya me caminé de la muelle hasta acá. Y solo eso. Además tengo ensaladas. El tema es que la gente no compra mucho porque los alquileres ya de por sí son costosos y no conseguís nada abajo de 700 dólares”.

“Ahora aumentó todo. Por ejemplo, cada pan a mí me sale 500 pesos. El kilo de tomate, 1.200 pesos. La lechuga está 1.200. Más las bandejitas de plástico, el tenedor de plástico, el aceite, el vinagre, la sal, tenés que trasladar el precio. El kiwi, para los que hacen ensalada de fruta, está 10.000 pesos el kilo. La frutilla acá la venden a 4.000 o 5.000 pesos el kilo”, enumera.

Uno de los vendedores de la reconocida marca de churros El Topo señala a este medio que todavía “no se vende nada a comparación de la temporada anterior”. Además de la unidad a 500 pesos y la docena a 5.000 pesos, ofrecen la media a 2.800 pesos.

Foto: Federico López ClaroFoto: Federico López Claro

“Ayer, como mucho algunos compañeros vendieron 30 o 40 docenas, de ahí no pasa. A esta misma fecha en 2023 estábamos vendiendo el doble, pero antes salía 1.500 pesos la docena. A la gente se le hace mucho gasto“, destaca.

Para comer en los paradores, los precios de las entradas de los paradores oscilan entre 4.000 y 5.000 pesos en lugares como Marbella. En otros, como El Dorado, alcanzan valores de hasta 13.500 pesos. La dinámica se repite en muchos restaurantes de los balnearios: gente que llega y solicita la carta antes de ingresar o sentarse a comer.

También en el alquiler de la sombra se ve en los paradores el impacto inflacionario. Las carpas en los lugares consultados por Clarín tienen precios para enero que van desde 29.000 pesos hasta 35.000 pesos diarios. En algunos, están todas cubiertas. En otros, aún hay disponibilidad.

Las carpas consultadas por Clarín tienen precios que van desde 29.000 pesos hasta 35.000 pesos diarios. 

Foto: Federico López ClaroLas carpas consultadas por Clarín tienen precios que van desde 29.000 pesos hasta 35.000 pesos diarios. Foto: Federico López Claro

Gloria Cortés alquiló carpa hasta diciembre: cuando la reservó salía 10.000 pesos por día: “Está todo caro, para enero ya no la reservé porque me querían cobrar 30.000 y me pareció mucho. La alquilé en diciembre porque tenía a mis nietos, pero ya se fueron, y con mi marido solos era un gasto inútil que podíamos ahorrarnos”.

Pinamar. Enviada especial

AS

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