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Internacional

Por la guerra en Ucrania, España se enfrenta a desabastecimiento, paros y protestas agrícolas en Madrid

El país importa de Ucrania el 22 por ciento del maíz y el 68 por ciento del girasol que consumen los españoles.

“Cambio vacas por gasolio”, dice el cartel que un tractor viene paseando desde hace días por España para demostrar el descontento y la desesperación del mundo rural: se sienten asfixiados por el aumento de los combustibles, la electricidad y los costos de producción que la invasión de Ucrania está haciendo sentir en suelo español.

Madrid se convirtió este domingo en eco del reclamo de agricultores y ganadores que llegaron con tractores, caballos y animales para participar en una manifestación que, según las organizaciones agrarias que la convocaron, reunió a unas 400 mil personas. Para las estimaciones de la Delegación del Gobierno, sin embargo, fueron cien mil.

Durante toda la mañana, los seis carriles centrales del Paseo de la Castellana, la avenida que a principios del siglo XX era símbolo del progreso de la capital, fueron conquistados por agricultores, ganaderos, cazadores y pescadores que vociferaban su pedido de auxilio ante el aumento de la energía y de las materias primas.

España vive la inflación más alta de los últimos 36 años: 7,6 por ciento.

Contra Putin en Madrid. Foto ReutersContra Putin en Madrid. Foto Reuters

Protestas

En febrero, el Indice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,8 por ciento respecto de enero y esto provocó el aumento de la tasa interanual en 1,5 puntos.

La crisis en los precios del combustible tiene paralizado al transporte que lleva una semana sin recorrer las rutas de España y amenaza con el tan temido desabastecimiento.

En algunos supermercados del barrio madrileño de Chamberí, este fin de semana ya faltaba leche larga vida, aceite de girasol y de oliva, arroz y papel higiénico.

España importa de Ucrania el 22 por ciento del maíz y el 68 por ciento del girasol que consumen los españoles.

Para minimizar el impacto de un posible desabastecimiento, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español flexibilizó, temporalmente, las condiciones para importar maíz de Argentina.

El equipo de Clarín pudo captar el momento exacto en el que se sucedían nuevos ataques en la ciudad de Kiev. La capital sigue en alerta y piden a sus habitantes permanecer en los refugios.

Hasta el exclusivo Gourmet Experience de El Corte Inglés de Castellana se ve afectado por el desabastecimiento: “Nos quedamos sin ostras”, admitía el sábado por la noche Ana, la responsable del salón.

“No podemos tener una política agraria comunitaria verde en números rojos. Necesitamos rentabilidad en nuestras explotaciones, para nuestros agricultores y ganaderos. Por lo tanto, aquí estamos, porque no nos vamos a deslocalizar”, decía Angel Villafranca, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de España.

El alimento balanceado para el ganado aumentó un 30 por ciento en el último año y las semillas, un 20 por ciento.

Los abonos se pagan un 48 por ciento más y los plásticos que se usan para los cultivos de invernadero cuestan casi el doble que en 2021.

“No hay excusas. Hemos venido a Madrid de forma pacífica. Hoy es el comienzo de buscar soluciones a tantas familias, a tanto mundo rural y a ese 80 por ciento del territorio que ocupamos. Basta ya. Que se deje de viajar y empiece a actuar el presidente del gobierno”, pedía Pedro Barato, presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA).

Un recorrido por los barrios de la región suburbana de Kiev, sacudidos por la artillería y la aviación de Moscú.

Las organizaciones agrarias denuncian, además, que el gasoil para los tractores aumentó un 73 por ciento y la luz, un 270 por ciento.

Los precios

“El gobierno tiene que intervenir lo que es el precio de la energía. Triplicamos el precio del gasoil, triplicamos el precio de los combustibles, cuadriplicamos el precio de los fertilizantes. Los precios se han desorbitado. Vamos a tener que vender nuestra tierra y tener que pasarla a los fondos de inversión. Nuestros pueblos se van a quedar más arruinados todavía”, lamentaba José Miguel Padilla, secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Esta semana, el litro de gasoil en España alcanzó los 1,82 euros, 40 centavos más que antes de que comenzara la guerra en Ucrania. La nafta cuesta 1,84 euros por litro, 30 centavos más de lo que costaba antes del 24 de febrero, cuando Vladimir Putin cruzó la frontera e invadió Ucrania.

La guerra en suelo europeo que fogonea los Estados Unidos profundizó la crisis que el mundo rural en España ya venía surfeando: el gobierno de coalición PSOE-Podemos que lidera Pedro Sánchez admitió, en el Boletín Oficial del Estado, “la reducción del 20 por ciento en 2021 del rendimiento neto” de quienes desarrollan actividades agrícolas. Por eso, este año propuso ayudarlos con un “aplazamiento en el pago de las cuotas de Seguridad Social” entre marzo y mayo.

“A la especulación hay que combatirla. Y hay que hacer cumplir la ley de la cadena alimentaria para que los agricultores y los ganaderos no cobremos por debajo de los costes de producción”, dice Lorenzo Ramos, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

Atenta a ver cómo dar una estocada a Pedro Sánchez, la ultraderecha de Vox aprovecha el descontento social y este sábado convocó a una protesta: “El Gobierno te está saqueando. ¡Sal a defenderte”, decían los afiches que invitaban a sumarse.

“Transportistas, empresarios, autónomos, familias y trabajadores viven asfixiados como consecuencia de las políticas de Pedro Sánchez, que han desembocado en la subida de combustible, imposición de nuevos peajes, incremento en el precio de la luz o el anuncio de nuevos impuestos verdes”, pregonaban.

“Europa prevalecerá. Salvini, Le Pen, usted y Putin no se saldrán con la suya”, le contestó Pedro Sánchez al líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso.

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