¿Un país como Argentina puede replicar el modelo de “Startup Nation” que llevó a Israel a ser uno de los principales actores mundiales en temas de innovación, emprendimientos y alta tecnología?
La respuesta categórica es “sí, definitivamente”, y proviene del experimentado inversionista de capital de riesgo y fundador de IdealityRoads, Oren Gershtein, que ha ayudado a replicar este exitoso modelo empresarial en Argentina, Nueva Zelanda y otros países del mundo.
Gershtein, que ha ayudado a replicar este exitoso modelo empresarial en Argentina, Nueva Zelanda y otros países del mundo
“Argentina tiene un gran potencial innovador para convertirse en un referente mundial emprendedor de la mano de las tecnologías del conocimiento que tan bien desarrolla y es a lo que deberían apuntar todos gobiernos: fomentar la interacción entre la universidad y el trabajo para finalmente recoger los beneficios de las inversiones que llegan después”, explicó Gershtein a Infobae, que será orador del 57° Coloquio IDEA en el panel “Innovación: visión estratégica de un país”.
Y agregó: “Argentina hace eso con la educación. Con una sólida instrucción educativa, que una persona puede aprovechar incluso hasta finalizar una carrera de grado en una universidad pública, se pueden lograr muchos avances en materia de innovación de negocios. Argentina tiene que dejar atrás algunos problemas de políticas de inversión. Lo mismo deben hacer varios países de la región, que deben promover conectar los sectores privados de inversión con las universidades”.
Según apunta el empresario innovador, Israel hizo dramáticos cambios en los últimos 30 años a partir de mediados de los 80, donde el país tuvo graves problemas inflacionarios. Para ello trabajó duro para convertir una economía basada en agricultura a una basada en la industria tecnológica.
“Hoy, Israel es el primer país con más números de startups de inversión en el mundo per cápita. Y la tercera nación con más empresas en el índice bursátil de Nasquad después de EEUU y China. Lo hizo en tres décadas. La respuesta es que no es ciencia de cohetes. Es entender las políticas de crecimiento e inversión, adaptándolas a las diferentes culturas. El mecanismo del ecosistema y sus especificidades no pueden duplicarse en otro país, pero sí se puede implementar y ajustar mezclando apropiadamente los ingredientes: universidades, industria, emprendedorismo, innovación y Estado”, precisó el creador de IdealityRoads una empresa con experiencia global en la construcción y desarrollo de ecosistemas de innovación prósperos y economías del conocimiento, que desarrolla todas las etapas de inversión, mientras crea y aprovecha asociaciones entre la industria, empresarios privados, hospitales, academia, agencias gubernamentales y más.
IdealityRoads es una empresa con experiencia global en la construcción y desarrollo de ecosistemas de innovación prósperos y economías del conocimiento
De acuerdo con Gershtein, el modelo israelí no se puede reproducir de manera exacta sino que se puede ajustar para su correcta implementación. “Todo se trata del principio de las tres PPP: public private partnerships (asociaciones público-privadas), que lleva al éxito de las sociedades mixtas”, explicó.
Hoy Israel es un hub tecnologíco con 500 empresas multinacionales en el país. “Cualquier empresario no necesita tomar un avión para negociar allí, ya que tiene una oficina en Israel de la misma empresa ya instalada”, destacó Gershtein, que es el asesor principal de Callaghan Innovation, la agencia del gobierno de Nueva Zelanda responsable de la innovación, en una serie de políticas y proyectos de apoyo durante todo el ciclo de vida de las start-ups, desde la propiedad intelectual hasta la oferta pública de venta.
Israel cambió su paradigma de innovación hace 30 años
“Nueva Zelanda hace 7 años tenía un nivel bajo de tecnología. Hoy es la primera en implementar en forma exitosa la incubación de tecnologías”, afirma el emprendedor, orgulloso de que los proyectos tecnológicos neozelandeses incluyen el diseño y la implementación de un programa nacional de incubación tecnológica diseñado para transformar al país en un centro tecnológico mediante el fomento de la inversión del sector privado en las primeras etapas de las empresas emergentes”, remarcó.
Desde 2014, las incubadoras de tecnología de Nueva Zelanda han transformado la investigación básica y aplicada en start-ups administradas por empresarios profesionales y respaldadas por inversionistas que emplean las mejores prácticas globales. El programa ya ha dado como resultado tres incubadoras de tecnología totalmente funcionales y más de 40 start-ups con enfoque global.
Con la experiencia de casi dos décadas al frente de la incubadora Van Leer Technology Ventures en Israel, y mientras asesoraba al gobierno de Nueva Zelanda, Gershtein también, vio la oportunidad de adaptar las virtudes de ese modelo a la Argentina, más precisamente en Sunchales, Santa Fe, donde comienza a trabajar como consultor y estratego del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (CITES), la incubadora científico- tecnológica de Sancor Seguros, que busca ser un polo de innovación que emule las sinergías de otros hubs internacionales.
Gershtein en Sunchales, Santa Fe, supervisando su modelo innovador israelí
“Cites es una incubadora de emprendimientos, pymes y cooperativas con el objeto de estimular la generación de proyectos productivos con visión de triple impacto. Se basa en el principio del conocimiento y las habilidades de incubación de tecnologías y en el modelo exitoso de inversión de Israel, EEUU y Europa. Debemos aprender que la actividad de economía de base sea a partir del conocimiento y las habilidades aprendidas y desarrolladas. Y eso Argentina lo tiene. Ustedes tienen una sociedad educada, mano de obra, industrias y el entendimiento del sector público que es responsable de adoptar esas políticas” indicó Gershtein, que busca “construir un motor de crecimiento económico que lidere la economía de la Provincia de Santa Fe y del país, sirviendo de ejemplo de “economía del conocimiento” para el gobierno federal.
Y agregó: “Hoy desarrollarse no es un privilegio, es una necesidad. Veo un país que ya alcanzó los 10 unicornios (empresas valuadas en más de 1000 millones de dólares). Argentina no debería competir contra India o China por la mano de obra barata. Debería invertir en tecnologías de punta, en conocimiento y emprendedores que impulsen ideas para competirle a los mejores países del mundo. El desafío de Argentina es saber que sus unicornios y las actividades exitosas que desarrollen se queden en el país y en la región. Argentina tiene los elementos, y los unicornios son una prueba de ello. No elegiría otro país para concentrarme en una startup o idea. Los cambios se están produciendo ahora. Se ve con las inversiones, los unicornios y las nuevas ideas”.
El emprendedor cuenta con la experiencia de casi dos décadas al frente de la incubadora Van Leer Technology Ventures en Israel
“Así como el Estado tiene que impulsar desde un comienzo estas iniciativas, como lo hizo el Estado de Israel, hay una responsabilidad el sector privado también para potenciar este crecimiento. La combinación del sector privado para tomar la iniciativa y el control de las necesidades es la punta del iceberg para desarrollar industrias avanzadas y para crecer exponencialmente hasta ser un imán para las compañías multinacionales que busquen invertir también aquí”, precisó el emprendedor.
Y dejó un mensaje para quienes buscan seguir sus pasos: “A los estudiantes les digo que el conocimiento es lo más importante, es la primera meta. No importa lo que estudies. Si es ciencia, tecnología, etc. Sé un profesional de lo que estudies. La gente crece en sus carreras basadas en sus conocimientos. La educación es la llave de ingreso a todo. Conocimiento y autodisciplinamiento es el camino exitoso para crecer y triunfar”.