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Salud

Por qué la vacuna ARVAC contra el Covid se aprobó hace un mes y se supo ahora

  • La primera autorización de su registro como fármaco ocurrió el 25 de septiembre.

Cualquier experto en propaganda podría elogiar el timing que manejó la ANMAT para autorizar la primera vacuna contra el Covid totalmente hecha en Argentina. La noticia de la ARVAC significa realmente un hito científico para el país y su plan de comunicación estuvo a la altura de las circunstancias. En rigor, es la primera vacuna nacional contra una enfermedad infecciosa.

Casualmente o no, el anuncio tuvo lugar cinco días antes de las elecciones presidenciales. Pero al revisar los registros de la ANMAT se puede comprobar que la primera autorización de la vacuna ARVAC ocurrió hace casi un mes, el 25 de septiembre, mediante la disposición N° 8078. Sin embargo, ese trámite quedó silenciado.

Tres días después de esa fecha, Clarín había consultado a altas fuentes de la ANMAT por el estado del trámite de la vacuna argentina y la respuesta fue que la autorización estaba “muy cercana”. Tan cercana que en realidad ya había ocurrido. Aunque para entender la totalidad del asunto hay que hacer una salvedad.

Hablar del primer registro de la vacuna tiene que ver con que hubo un segundo registro, y ése efectivamente ocurrió el 17 de octubre, el mismo día en que fue convocada la conferencia de prensa para hacer el anuncio de este miércoles 18. Hay una diferencia entre lo que se autorizó aquel 25 de septiembre y lo que sucedió después, con la disposición N° 8604 firmada esta semana.

En la primera autorización tuvo lugar la inscripción de la ARVAC a nombre del laboratorio Cassará para ser comercializada en el país por un plazo de 5 años. El visto bueno fue en la ocasión para la vacuna en su versión monovalente -que fue como nació originalmente el ensayo hace tres años- diseñada contra la variante Gamma, base sobre la que luego se sumó el antígeno contra una subvariante de Ómicron para volverla bivalente.

La investigadora Juliana Cassataro, líder del equipo científico que desarrolló la vacuna. Foto: Andrés D'ElíaLa investigadora Juliana Cassataro, líder del equipo científico que desarrolló la vacuna. Foto: Andrés D’Elía

Esa segunda parte fue la que se aprobó entonces después, que en definitiva y a los fines prácticos es la vacuna que se utilizará en los próximos meses y que se ha comenzado a producir para diseñar ya los primeros lotes. ¿Era acaso ocioso o poco trascendente que el país supiera que la vacuna ARVAC ya había sido aprobada al menos en su versión monovalente?

Más fácil que tratar de responder ese interrogante es preguntarse por el golpe de efecto que el anuncio tardío ha podido tener. Es decir, aprovechar ese hecho tan importante -y preciado para el capital cultural del oficialismo- de modo que su contenido tuviera una mayor cercanía con la jornada electoral del 22 de octubre.

“Finalmente llegó el día”, decía la invitación a la presentación de la nueva vacuna argentina, de la que naturalmente participaron la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, ambos comprometidos con el proyecto desde el comienzo.

Filmus dijo en el escenario: “En momentos en que se discute sobre la importancia de la ciencia en la Argentina y el papel del Estado, este desarrollo demuestra que la inversión sostenida a través de los años en investigación, ciencia y tecnología da lugar a resultados como éste”.

El ministro agregó que “es la decisión de un Estado y de un gobierno de invertir en ciencia y tecnología y de tener soberanía sanitaria”. Y completó: “Queremos decirles a las y los investigadores que reconocemos su esfuerzo y su trabajo y que estamos muy orgullosos de todas y todos”.

Viales de la vacuna ARVAC, que se usará como refuerzo contra el Covid.Viales de la vacuna ARVAC, que se usará como refuerzo contra el Covid.

Vizzotti se expresó a su turno en el mismo sentido. Habló de “un día histórico” y elogió a los “investigadores e investigadoras, la importancia del Conicet y el sostén de la universidad pública”. También allí se explicó que Argentina importa vacunas por 500 millones de dólares al año y que este desarrollo va a significar un gran paso para sustituir importaciones.

Lo que finalmente autorizó la ANMAT este martes 17 de octubre fue la actualización de la vacuna original, con la nueva cepa que servirá para hacerle frente al Covid en el actual contexto epidemiológico. Actualización que será periódicamente habitual en el futuro y que el organismo sanitario deberá volver a autorizar cada vez que esto ocurra.

Fuentes que participaron de todo el proceso de creación de la vacuna argumentaron que para que esta última aprobación tuviera lugar faltaban algunos datos clave de la fase 3, particularmente sobre la eficacia del fármaco bivalente en el target de adultos mayores de 60 años. El resto ya estaba en poder de la ANMAT. Y que una vez que esa última información estuvo disponible, el organismo se pudo expedir.

En síntesis, el festejo porque la primera vacuna contra el Covid totalmente fabricada en Argentina era un hecho podría haber sucedido a mitad de camino entre las PASO y las presidenciales. Quedará para la anécdota, con la música que más le guste a cada uno.

Más allá de las decisiones oficiales temporales u oportunas, la clave es -ciertamente- que la vacuna ARVAC, de la mano de la investigadora Juliana Cassataro y el empresario Jorge Cassará, deja impresa una huella en el camino de la articulación público-privada, como inspiración para el futuro incierto que se avecina.

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