En el siglo XVI, Pedro Rodrigues, encargado de la reconstrucción de la galería principal del monasterio recurrió a esa misma expresión para burlarse de los húespedes distraídos.
Una historia de más de cuatro siglos
A finales del siglo XVI, el Monasterio de Samos fue parcialmente devastado por un incendio que afectó a la galería principal del edificio. Poco después, entre 1562 y 1582, el claustro gótico fue reconstruido por Pedro Rodrigues quien tuvo la idea de recurrir a una burlona expresión: “¿Qué mirás, bobo?”.
Esta frase tenía como objetivo alertar a los visitantes para que se ocuparan de disfrutar el tiempo en los pasillos del templo y no se distrajeran. Esta insólita piedra se encuentra en la Abadía de Samos, un monasterio ubicado en Galicia, España. Allí viven monjes benedictinos y es el más antiguo del país ibérico.