Candela Francisco vive en Vicente López y se hizo fanática casi por casualidad. “Disciplina y mucha pasión”, define como sus secretos.
“Una réplica de la vida en un tablero con piezas”. Con solo 14 años, así define Candela Francisco Guecamburu al ajedrez. Y es que prácticamente toda su vida la pasó rodeada de peones, caballos, alfiles, torres, un rey y una reina. Hoy -con años de experiencia en el juego- la jovencita proclamada como Subcampeona Mundial en Ajedrez Escolar y es el orgullo de Villa Martelli.
Un regalo de Navidad fue lo que la impulsó a meterse de lleno en esta disciplina que la apasiona lo suficiente como para dedicar horas y horas de entrenamiento a la semana. “Nadie en mi familia es ajedrecista, de hecho, apenas conocían el movimiento de las piezas”, comenta Candela. Y continúa: “Pero a mis cinco años me regalaron un tablero y tres años más tarde me surgieron ganas de aprender a jugar”.
Y aunque para un niño pareciera ser un simple juego de tablero, lo cierto es que el ajedrez se constituye como un deporte en donde prima la estrategia y un mal movimiento puede llevar al jaque mate. Candela entendió esto desde el principio. “Lo que me atrajo fue su similitud con la vida. Se trata al 100% de diferentes circunstancias donde hay que tomar decisiones”, asegura. Convencida, agrega: “Para ser un buen ajedrecista se necesita disciplina, responsabilidad, dedicación, pasión y muchas ganas de seguir aprendiendo”.
Desde casa. El Mundial de Ajedrez Escolar se desarrolló de forma virtual con 314 estudiantes de 38 países.
Años atrás, la escuela municipal de ajedrez de Villa Martelli, en Vicente López, le abrió las puertas para potenciar su crecimiento como jugadora. “Por la cuarentena, nos estamos entrenando dos veces por semana con clases online. Tengo muchos amigos en el club y en cada torneo me encuentro con chicos de mi edad con los que también voy estableciendo una amistad”, sostiene.
De esta manera, la Federación Argentina de Ajedrez la convocó a participar del mundial, que en esta oportunidad se desarrolló de forma virtual, y al que ella misma describe como “una experiencia única e inigualable”.
Candela relata: “Se hizo un clasificatorio previo en donde pasaban 40 chicas a la final y tuve la oportunidad de quedar primera. Jugamos en la segunda ronda y en esta ocasión quedé segunda, compartiendo el mismo puntaje que la ganadora (la iraní Sahar Masoumi Kajaz). Por el sistema de desempate, salí subcampeona, finalizando con 7,5 puntos de nueve rondas”. Con total sinceridad admite: “Al principio me sentí bastante triste. Lideré el torneo hasta la ronda siete y obtuve el segundo lugar por el desempate. Cuando se me pasó, me di cuenta de que lo que había alcanzado era un logro muy importante”.
“El Mundial de Ajedrez Escolar fue una experiencia única e inigualable”, describe Candela.
“Estoy muy agradecida con mi querido club Villa Martelli por estar presente durante toda mi trayectoria”
Candela Francisco
El apoyo durante toda la competencia fue fundamental para no bajar los brazos: “Me sentí muy acompañada y me felicitaron mis padres, amigos y hasta el presidente de la Federación. A ellos no les importa el resultado. Estoy muy agradecida con mi querido club Villa Martelli por estar presente durante toda mi trayectoria”.
Lejos de quedarse cómoda en su lugar como Subcampeona Mundial, Candela sigue apostando a nuevos desafíos. “Quiero ser campeona, obtener el título de Gran Maestro en Absoluto, viajar por todo el mundo haciendo esta disciplina que tanto amo y representar siempre a mi país”, cierra.