De acuerdo a la publicación de “Noticias en la ONU,” esta longitud equivale a la distancia entre Boston y Washington, en los Estados Unidos, o entre Londres y la frontera de Suiza cerca de Basilea.
“Estos son récords extraordinarios de rayos individuales. Las mediciones de fenómenos extremos ambientales son una prueba viviente de lo que la naturaleza es capaz de hacer, así como de los avances científicos que se han logrado para poder realizar esas evaluaciones”, dijo Randall Cerveny, ponente de la Organización Meteorológica Mundial.
El especialista explicó además que “es probable que existan fenómenos extremos aún mayores”, que podrán ser observados “a medida que evolucione la tecnología de detección de rayos”.
Asimismo, destacó que estos datos “proporcionarán información valiosa para establecer límites en la escala” de esta maravilla meteorológica, incluidos los megarrayos, que son “de interés para la ingeniería, la seguridad y la ciencia”.
El récord anterior del rayo de mayor extensión horizontal fue de 321 km, registrado el 20 de junio de 2007 en el estado de Oklahoma, Estados Unidos, mientras que la marca que había hasta el momento de mayor duración fue de 7,74 segundos, el 30 de agosto de 2012 en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, Francia.
Para estas antiguas evaluaciones se utilizaron datos recopilados por redes terrestres de mapeo de las descargas, aunque muchos científicos especializados en el tema ya reconocían que se dan fenómenos que están por encima de los límites que se podían medir con este sistema.
En este sentido, el organismo detalló en un comunicado que se requeriría una tecnología de mapeo de rayos con un ámbito de observación más amplio, que se logró con los avances tecnológicos recientes.
Un ejemplo de estos nuevos instrumentos son los generadores geoestacionarios de mapas de rayos (GLM), instalados a bordo de los satélites geoestacionarios operacionales para el estudio del medioambiente, los cuales fueron utilizados para registrar los récords de Brasil y la Argentina.
“Este aumento significativo de nuestra capacidad de teledetección espacial ha permitido detectar fenómenos extremos de rayos no observados anteriormente, conocidos como ‘megarrayos’, que se definen como descargas eléctricas horizontales en mesoescala que alcanzan cientos de kilómetros de longitud”, precisó Michael J. Peterson, autor principal y miembro del comité de evaluación.
En el Archivo de la WMO de Fenómenos Meteorológicos y Climáticos Extremos se lleva un registro oficial de estos fenómenos extremos que han batido récords a nivel mundial, hemisférico y regional y que están asociados a una serie de condiciones específicas.