Ninguno de los dos jóvenes sabía nadar. Se habían reencontrado con su madre luego de una década.
El estado de Texas, en el sur de Estados Unidos, no sale de la conmoción por una noticia desgarradora: la muerte de dos gemelos de 13 años. Jefferson y Josué Pérez habían ido a una playa de Galveston junto con familiares para cumplir un sueño, conocer el mar.
Por causas que todavía se investigan, ambos se metieron al agua en la tarde del domingo 5 de marzo y desaparecieron. El cuerpo de uno de ellos fue localizado el martes. Y este jueves la policía local halló el otro cadáver.
En noviembre del año pasado, ambos se habían reencontrado con su madre después de 10 años, ya que la mujer había huido de Honduras a Estados Unidos hace una década. Todo terminó en un verdadero drama.
En noviembre habían llegado a EE.UU. desde Honduras para reunirse con su madre.
Dura infancia
En noviembre pasado Josué y Jefferson lograron llegar a Houston, Texas, para reunirse con su madre a quien no había visto en 10 años.
El peligrosísimo muelle donde se ahogaron los jóvenes.
Los menores estaban felices de haber huido de la violencia y la situación que vivían en su país, al cruzar la frontera se entregaron a la Patrulla Fronteriza y aseguraron que no querían regresar a Honduras.
El domingo estaban cumpliendo un sueño más al visitar el mar por primera vez. Los hermanos fueron vistos por última vez en el lado oeste del muelle Pleasure Pier a las 4:30 de la tarde, a unos 20 metros de la orilla, indicó Galveston Beach Patrol.
Ultimas imágenes de los gemelos Pérez en el agua.
En el video se ve a los menores en el agua, su familia estaba pendiente de ellos pero de repente se perdieron en el mar.
“Mi alma y mi corazón están totalmente destrozados pero mantenemos la fe y la esperanza. Por favor, pido oración todos unidos para poder encontrar a mi otro hijo”, decía la madre a través de una publicación en su cuenta de Facebook. El cuerpo del niño fue localizado este jueves.
El cartel advertía de la peligrosidad de la zona.
Según confirmó la familia a la policía, ninguno de los dos menores sabía nadar. En la playa había carteles que indicaba la peligrosidad de la zona y la prohibición del baño en esas aguas.
En caso de un accidente, los expertos recomiendan no nadar nunca en contra de la corriente, sino hacerlo paralelo a la playa.
Los niños ahogados tenían 13 años.
Gaby Osorto, madre de los hermanos Jefferson Pérez y Josué Pérez, es una inmigrante de Honduras en Houston, Texas, que dejó su país hace diez años. Hace unos meses la mujer por fin pudo traer a sus hijos para que se reunieran con ella. La tragedia sacudió a la comunidad hispana.
A qué edad aprender a nadar
Los especialistas recomiendan que los niños aprendan a nadar entre los tres y los cuatro años, aunque siempre dependerá del estado madurativo del menor. A esa edad, el objetivo es que el niño aprenda a flotar y a mover las extremidades inferiores, “a modo perrito”, y a bucear.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es cómo enseñar a un hijo a nadar para que no se aburra.
Lo más recomendable es que vaya a clases de natación. Sin embargo, los padres pueden indicarle algunas nociones esenciales para sobrevivir en el agua.
Aprender a nadar no se trata sólo de una distracción: es una cuestión de seguridad para que el agua no suponga un problema para los hijos.