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Policiales

“Te voy a hacer la vida imposible”, la historia de un femicidio anunciado en Flores

Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) fue asesinada por su pareja, el también venezolano José Antonio Rangel Moyeton (28).

La historia de Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) parece repetida. El círculo de violencia, la manipulación y el acoso se habían convertido en una parte más de su vida. Hacía meses que intentaba separarse del padre de su hijo. No se atrevió a denunciarlo, pero pidió ayuda: este domingo él la mató de 20 puñaladas en su casa de Flores.

Mariana había llegado al país hacía dos años y medio, cuando su hijo tenía apenas unos meses. Dejó Barinas, en Venezuela, junto a su pareja, José Antonio Rangel Moyeton (28), para construir una nueva vida en Argentina.

La joven llegó acompañada por la familia de Rangel Moyeton, quien empezó a trabajar como barbero. Su papá continúa en Venezuela y su mamá y su hermano viven en Perú. En Buenos Aires sólo tenía vínculo con una amiga y una vecina que la ayudaba a cuidar a su hijo.

Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) trabajaba en un centro de estética de Palermo.

Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) trabajaba en un centro de estética de Palermo.

Hace unos seis meses la relación había empezado a ser cada vez más violenta. “Es agresivo pasivo“, lo describía cuando contaba sus maltratos. “La menospreciaba, le restaba valor a todo lo que hacía” y le negaba la posibilidad de trabajar para sostener el vínculo de control en la pareja, contaron sus allegados.

Mariana lo enfrentaba. Hace unos tres meses consiguió trabajo en el centro de estética Ambar Spa, ubicado en Palermo. “Estaba feliz”, recuerdan en su entorno.

“Ella tenía una energía tan especial, era tan buena y tan amorosa. Trabajaba muchísimo y tenía la agenda llena porque los clientes la amaban. Estaba viviendo una pesadilla, pero siempre trataba de poner una sonrisa para todo“, confiaron a Clarín sus compañeras de trabajo.

José Antonio Rangel Moyeton (28), en su trabajo de barbero.

José Antonio Rangel Moyeton (28), en su trabajo de barbero.

Sin familia ni amigos fuera de su relación de pareja, Mariana encontró en este lugar un espacio donde desahogarse y encontrar compañía. Fue unos diez días antes del femicidio que la joven dijo basta: logró echar a su marido de la casa.

Ahí empezó el drama. “La llamaba, le mandaba mensajes amenazándola. Le decía ‘si no es conmigo, no es con nadie‘, ‘te voy a hacer la vida imposible‘ y un montón de cosas horribles. Nosotras le pedíamos que lo denunciara para proteger a su hijo, teníamos miedo. Pero ella decía que no, que no lo iba a hacer por el nene”, recuerdan en su entorno.

El femicidio

Este domingo la asesinó de 20 puñaladas. Rangel Moyeton dejó a su hijo de tres años y se escapó. Estuvo prófugo hasta el miércoles por la noche.

Fue la hermana del femicida quien se comunicó al 911 después de encontrar el cuerpo, aunque su versión es cuestionada por aquellos que conocían a Mariana.

Según lo que Sasha Rangel Moyeton declaró ante la Policía, su hermano le pidió que cuidara a su hijo en la puerta del edificio. Cuando subió al departamento de la calle Yerbal al 2900 encontró la casa revuelta, dijo.

La detención del femicida.

La detención del femicida.

Su sobrino, de apenas tres años, le habría señalado dónde estaba su madre: el asesino la había escondido entre dos camas y cubierto con una sábana.

Pero las amigas de Mariana cuestionaron ese relato: dicen que tardó más de tres horas en llamar a la Policía y que intentaba cubrirlo. También que participaba del círculo de violencia y que la “intentaba manipularla para evitar que se separaran”.

La volvía loca, la llamaba todo el tiempo y le decía que lo perdonara, que su hermano estaba destrozado, que no lo alejara de su familia”, sostienen.

Por eso, ahora la preocupación apunta a lo que ocurrirá con el nene que perdió a sus dos padres en cuatro días. A su mamá, porque fue asesinada, y a su papá, que está preso y acusado de homicidio doblemente agravado.

La mamá de Mariana está viajando a Buenos Aires para poder tenerlo bajo su cuidado, preocupada porque la custodia está en manos de la familia del femicida. La mujer no pudo asistir al velorio de su hija, que fue despedida este jueves por la tarde.

“La vamos a recordar con la alegría y la dulzura que siempre tenía, a pesar de la pesadilla que estaba viviendo. Elegimos recordarla chévere, como decía ella”, le dice a Clarín Ailín (36), la dueña de Ambar Spa.

La mujer lamenta: “No sabés la pesadilla que estaba viviendo. Sabía que era un entorno tóxico pero ella no le tenía miedo, no medía la gravedad de lo que estaba pasando. Mariana vivía para su hijo, lo cuidaba con tanto amor”.

Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) era estetisista y madre de un nene de tres años. Había migrado desde Venezuela junto a su pareja.

Mayerling Mariana Blanco Bravo (25) era estetisista y madre de un nene de tres años. Había migrado desde Venezuela junto a su pareja.

En sus redes sociales, el centro de estética despidió a la joven venezolana con un posteo que se viralizó en redes. “Cerrado por femicidio“, decía la imagen y debajo un mensaje. “Hoy con todo el dolor del mundo nos toca contar esta historia bien de cerca, hoy para nosotras algo TERRIBLE deja de ser algo que solo vemos en la tele. El equipo de ámbar Spa está destrozado, con el alma y el corazón partido en mil pedazos“, empieza.

La investigación quedó en manos del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 35, a cargo de Osvaldo Rappa, y de la fiscalía N° 12, a cargo de Martín López Perrando.

Violencia de género

Desde el 20 de marzo de 2020, hubo 279 femicidios, 8 transfemicidios y 20 femicidios vinculados de varones adultos y niños, según datos recolectados por el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” que dirige La Casa del Encuentro.

De ese total, 35 de los femicidas ya habían sido denunciados y tenían antecedentes por violencia. Otros 18 eran miembros de fuerzas de seguridad.

Entre enero y diciembre de 2020 la línea 144 recibió 108 mil comunicaciones de personas, en su mayoría mujeres, pidiendo ayuda o asesoramiento para denunciar situaciones de violencia.

En los últimos diez años en Argentina hay un promedio de un femicidio cada 30 horas. Según estadísticas de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, sólo en 2018 fueron 278. La mayoría de los asesinatos ocurren en las casas de las víctimas y son cometidos por parejas o ex.

DÓNDE LLAMAR

Línea 144Atención para mujeres en situación de violencia.

Línea 137Atención a Víctimas de Violencia Familiar.

911 Emergencias

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