Los hospitales en las ciudades más afectadas por el nuevo coronavirus registran desde hace semanas flujos constantes de pacientes afectados por la pandemia que ya ha dejado más de 200.000 muertos y 3 millones de casos positivos a nivel global.
Los profesionales de la salud que trabajan en ellos están constantemente expuestos no solo a contraer la enfermedad ellos mismos, sino también a una presión en su salud mental consecuencia de tener que luchar sin descanso contra su el avance del virus en los pacientes. Y ver que en no pocas ocasiones sus esfuerzos son infructuosos.
En este contexto, medios de Estados Unidos reportaron este lunes que una prestigiosa médica, Lorna Breen, se quitó la vida en su casa en el estado de Virginia el domigo, abrumada por las circunstancias. “Trató de hacer su trabajo, y eso la mató”, dijo su padre, el también doctor Philip Breen.
Breen, de 49 años, era la directora médica del departamento de emergencias del hospital NewYork-Presbyterian Allen, una de las instituciones que trató más casos de coronavirus en el que es el epicentro del brote en Estados Unidos. Su familia recordó que ella describía escenas devastadoras en su área de trabajo. “Contó sobre un gran número de pacientes que moría aún antes de que los pudieran sacar de las ambulancias”, dijo su padre.
Ella misma había contraído el nuevo coronavirus, pero volvió a trabajar luego de permanecer aislada durante una semana y media. Sin embargo, las autoridades del hospital la envió nuevamente a su casa, situación ante la cual su propia familia intervino para que volviera a la casa de sus padres.
El doctor Breen explicó que su hija no tenía un historial de problemas de salud mental. Pero que la última vez que hablaron la notó “desentendida”, lo que le hizo concluir que ella no se encontraba bien. “Realmente estaba en las trincheras de la primera línea”, describió. El hospital en cuestión tiene una capacidad de 200 camas, y llegó a tener 170 de ellas ocupadas por pacientes con Covid-19. Al 7 de abril, 59 personas habían muerto en el hospital por el nuevo coronavirus.
Y agregó: “Asegúrense de que la halaguen como una heroína, porque lo fue. Es una víctima de esto tanto como aquellos que murieron por la enfermedad”.
En un comunicado, el hospital en el que trabajaba la médica, expresó: “La doctora Breen es una heroína quien trajo los más altos ideales de la medicina a las desafiantes primeras líneas del departamento de emergencias. Nuestro foco es dar ayuda a su familia, amigos y colegas mientras lidian con estas noticias durante lo que ya es un tiempo extraordinariamente difícil”.
El efecto de la pandemia en la salud mental de quienes están en las primeras líneas
Jonathan Ripp, un médico que dirige que dirige el programa de bienestar interno de la red de hospitales Mt. Sinai en Nueva York, fue uno de los autores de un estudio que busca comprender las fuentes de ansiedad del personal médico durante la pandemia y que fue publicado este mes en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
“Al mismo tiempo que lidian con los mismos cambios en la sociedad y los factores de estrés emocionales de todo el mundo, los profesionales de la salud tienen un riesgo de exposición mayor, cargas de trabajo extremas, dilemas morales” y un ambiente laboral a veces desconocido, indicó el estudio de las escuelas de medicina de Mt. Sinai y de la Universidad de Stanford.”¿Tendremos suficiente equipamiento de protección? ¿Cómo llegaré al trabajo? ¿Quién cuidará de mis hijos? ¿Cómo será trabajar en otra unidad que no conozco? ¿Qué sucederá si estoy con pacientes gravemente enfermos que están muriendo?”, son algunas de las inquietudes del personal, según Ripp.
El hospital en el que trabaja ha intentado responder todas las preguntas del personal, provee información en un sitio web dedicado, creó una línea telefónica de salud mental abierta 24 horas, tiene grupos de apoyo virtuales y ofrece clases de meditación, yoga o tai chi. Profesionales de salud mental también contactan de manera proactiva con el personal en el frente de batalla para preguntarles cómo se sienten.
Para Dawn Brown, directora de la línea telefónica de ayuda de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI) de Estados Unidos, para el personal médico “esta es una situación realmente trágica”.“Estamos comenzando a ver señales de trauma” en profesionales de la salud “y esto tiene consecuencias de largo alcance”, dijo a la AFP.