El demócrata sacó ventaja porque sobrevivió indemne a los embates del presidente.
Fue un debate presidencial caótico, pleno de insultos y golpes bajos, como quizás no se haya visto nunca en la política estadounidense y un signo del clima que se vive hoy en este país, dividido y exasperado, con un presidente que rompe todos los esquemas. En este contexto de chicanas y burlas que parecían más bien de colegio secundario y muy ajenas a la investidura de un líder de la primera potencia mundial, Donald Trump no pudo obtener una victoria sobre Joe Biden.
Por eso, en el medio del barro, el que sacó ventaja en el primer debate para las elecciones del 3 de noviembre fue el demócrata porque sobrevivió indemne a los embates del presidente que necesitaba desesperadamente remontar en las encuestas.
Biden marcha adelante por 6,1% a nivel nacional y un 3,5% en los estados clave, según un promedio de RealClearPolitics. No está todo dicho, por supuesto, porque Trump ha demostrado que puede sorprender en terrenos impensados. Pero parece difícil que este debate lo ayude a remontar.
La estrategia del presidente para recuperar terrenose desnudó enseguida: no debatir los temas elegidos por el moderador sino intentar acorralar a su rival, interrumpirlo, sacarlo de quicio para desestabilizarlo y que cometa errores. Llegó a exasperarlo: “¿Te podés callar, hombre?, le espetó Biden cuando fue interrumpido por enésima vez.
El presidente tampoco respetaba las reglas del moderador Chris Wallace, quien intentó varias veces calmarlo en vano.
En las horas previas, Trump había dicho que su rival precisaba drogarse para mejorar su desempeño en los debates y sugirió que tenía problemas mentales. Se habló también de que había teleprompters y auriculares ocultos para que pudiera recibir ayuda externa.
Joe Biden soportó los embates constantes de Trump. Foto: AFP
Esa estrategia era riesgosa porque era de esperar entonces que Trump debía arrasar a un rival tan débil. Pero nada de eso sucedió: Biden no solo aguantó, sino que devolvió golpes. Payaso, mentiroso, poco inteligente, racista, el peor presidente de la historia, fueron algunas de las acusaciones que se lanzaron ante una audiencia azorada.
Poco después del debate, Michael Genovese, presidente del Global Policy Institute de la Loyola Marymount University, dijo a Clarín: “¿Quién ganó? Ninguno de los dos. ¿Quién perdió? El pueblo estadounidense.
Donald Trump fue grosero e interrumpió permanentemente a Biden. El presidente se humilló a sí mismo y parecía un niño malcriado y ansioso de cuatro años.
Biden perdió varias oportunidades de enfrentar verdaderamente a Trump, y no dio muchos golpes, no alcanzó. Los mejores momentos de Biden fueron cuando habló sobre el racismo. Trump no tuvo momentos fuertes, se focalizó en lanzar insultos y tuvo momentos muy poco presidenciales”.
Los debates no suelen cambiar opiniones. Los que aman a Trump lo seguirán apoyando y los partidarios de Biden harán lo propio. Pero hay un 3% de indecisos, según los últimos sondeos, que miran atentamente estos cara a cara.
En general son independientes moderados, que votaron por el magnate en 2016 porque querían aire fresco en la Casa Blanca, pero ahora dudan.
Trump ya no es aire nuevo, es un viejo y polémico conocido. ¿Los sigue seduciendo ese estilo belicoso, que interrumpe a su rival incluso cuando está recordando a su hijo muerto? ¿Están de acuerdo conque el presidente de Estados Unidos se niegue a condenar el supremacismo blanco? ¿Quieren a alguien que se resiste a decir que reconocerá el resultado de las elecciones? Suena difícil.
Un cara a cara escandaloso. Foto: AP
Pero quizás el mayor perdedor de este debate fue Estados Unidos, apunta Genovese. “¿Estos son los mejores candidatos que tenemos para ofrecer como país? Hay que pensar que uno de estos hombres se convertirá en presidente. Ambos estuvieron mal, pero creo que fue Trump quien se hundió más y avergonzó durante todo el debate. No sería de extrañar que se cancelara el resto de los debates. Este no fue para nada el mejor momento de Estados Unidos. Muy triste”.
Cómodo en las encuestas, el demócrata solo debía sobrevivir en los debates. Ya pasó el primero, siempre importante. Resistió, apenas pudo esbozar sus ideas y buscó entre los ataques mirar a la cámara y hablar directamente a los votantes. Le alcanzó para salir indemne en este debate caótico y pleno de golpes bajos. Como dijo un comentarista de Fox: Trump interrumpió tanto a Biden que no lo dejó equivocarse.