El resplandor de la lava burbujeante que sale del volcán Fagradalsfjall se ve desde las 32 kilómetros de distancia.
Con pandemia o sin ella, el mundo nunca se queda quieto. Quizá no hay otro lugar donde esto sea tan evidente como en Islandia, donde un volcán se ha despertado de un sueño de 6.000 años, más o menos.
El resplandor de la lava burbujeante que sale del volcán Fagradalsfjall (AP).
El resplandor de la lava burbujeante que sale del volcán Fagradalsfjall se ve desde las afueras de la capital islandesa, Reikiavik, a 32 kilómetros de distancia. Para otros en lugares más lejanos, siempre está la emisión en vivo.
LA “HERMOSA MONTAÑA DEL VALLE”
Pero esta es la primera erupción volcánica en la Península de Reykjanes en unos 800 años, y no hay nada como la emoción de presenciar el poder bruto del Planeta Tierra en primera persona.
El propio nombre del Fagradalsfjall es una combinación de las palabras islandesas para “hermosa montaña del valle”.
La erupción se ve desde las afueras de la capital islandesa, Reikiavik, a 32 kilómetros de distancia (AP).
Miguel Angel Morenatti, un fotógrafo independiente de The Associated Press afincado en Sevilla, es un amante de Islandia, y cuando supo de la erupción el 19 de marzo adelantó su viaje a la nación insular en el Atlántico Norte.
Para un fotógrafo de paisajes, señaló, Islandia es un paraíso.
Llegar a la cima toma de dos a tres horas (AP).
Llegar a la cima no es para todo el mundo. Es una dura ascensión que toma de dos a tres horas, aunque Morenatti la describió como una experiencia única para los sentidos, y confiaba en que las imágenes capturasen algo de esa “maravilla de la naturaleza”.