El gobierno de Venezuela denunció la incursión de un buque de guerra de Estados Unidos en aguas jurisdiccionales del país, un gesto que calificó como un “inexcusable acto de provocación” que busca “menoscabar la soberanía e integridad territorial” del país. En su defensa, el gobierno estadounidense declaró que el despliegue del buque militar USS Pinckney intenta reivindicar la libertad de navegación en dichas aguas, en el marco de un operativo antidrogas que el Comando Sur despliega en las costas del Caribe.
“El ingreso del buque estadounidense de manera furtiva en aguas jurisdiccionales venezolanas es a todas luces violatorio del Derecho Marítimo Internacional y solo puede calificarse como un inexcusable acto de provocación, por demás errático e infantil”, dijo la Cancillería venezolana a través de un duro comunicado. Agregó que las instituciones venezolanas y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana “tienen que respetar la sagrada soberanía e integridad territorial de Venezuela a toda costa conforme con las leyes internacionales contemplando todas las acciones que considere necesarias”.
Para Venezuela, esta acción es la consecuencia directa de la reciente visita del presidente estadounidense, Donald Trump, al Comando Sur, un fuerte militar ubicado en Florida donde el republicano mostró “su desesperada campaña por atraer el voto latino” en las elecciones del 3 de noviembre. Todo esto, según el documento oficial, “a cambio de la permanente e ilegal agresión contra Venezuela”, en referencia a las críticas y sanciones aprobadas por Estados Unidos en contra del Ejecutivo de Nicolás Maduro, al que considera “ilegítimo”.
El gobierno venezolano denunció además “las infames declaraciones” difundidas por el Comando Sur de Estados Unidos “en las cuales señala a Venezuela de ejercer un ‘excesivo control’ sobre sus aguas jurisdiccionales”. Los señalamientos de Estados Unidos surgieron mientras “el buque de guerra USS PINCKNEY (DDG-91) navegaba a una distancia de 16.1 millas náuticas de las costas venezolanas”.
Según la nota publicada por el Comando Sur, su embarcación “desafió el excesivo reclamo marítimo de Venezuela en aguas internacionales durante una exitosa operación de libertad de navegación en el Mar Caribe”. Desde la Armada estadounidense alegaron que el “régimen ilegítimo de Maduro reclama incorrectamente controles excesivos sobre esas aguas internacionales, que se extienden tres millas más allá del mar territorial de 12 millas, un reclamo que es incompatible con el derecho internacional”.
También indicaron que la libertad de navegación en aguas internacionales permite a la Armada estadounidense hacer “misiones clave”, tales como llevar a cabo operaciones humanitarias y de respuesta de emergencia a desastres naturales, además de las relacionadas con la lucha antidrogas.
“Vamos a continuar ejerciendo nuestro legítimo derecho a navegar libremente por aguas internacionales sin someternos a reclamos ilegales”, indicó el almirante Craig Faller, que preside el Comando Sur. El gobierno de Nicolás Maduro, en cambio, planea iniciar acciones por estas “absurdas provocaciones que pretenden afectar la paz y tranquilidad de los venezolanos, así como de los pueblos latinoamericanos y caribeños”.