“El país está en una situación delicada, donde tenemos que controlar el gasto fiscal y también el proceso inflacionario y eso necesita el esfuerzo de todos. No podemos cargar sobre la gente estos aumentos”, dijo este miércoles el presidente, Alberto Fernández, en medio de la disputa con las entidades del agro por el cierre temporario de las exportaciones de maíz.
El mandatario ubicó a la medida dentro de una estrategia antiinflacionaria y apeló a la responsabilidad de los productores para resignar precio en un contexto de pandemia. “Estoy con una lucha por el tema de los precios de los alimentos en Argentina. El mundo demanda alimentos y suben los precios como el de la soja, el maíz y el trigo. No se puede seguir funcionando con una lógica de una economía normal porque no hay una normalidad, estamos en pandemia”, agregó.
En paralelo al anuncio del lockout de la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas y Federación Agraria y a la advertencia del Gobierno de que no va a ceder en un contexto de presión por el cese de comercialización, empieza a aparecer una vía de negociación.
Los principales actores de la cadena del maíz, incluyendo productores, acopios, exportadores, cooperativas y la industria avícola, feedlot y porcina mantuvieron una reunión virtual para acercar posiciones y elevar una propuesta. Quieren remarcar que hay suficiente maíz en el país, alrededor de unas 10 millones de toneladas, según dicen, lo cual es muy superior a la necesidad de la demanda interna. Van a proponer un mecanismo de coordinación entre cooperativas, acopios y la industria avícola para evitar los faltantes y algún sistema de financiación para que la industria pueda pagar a los productores en mejores condiciones comerciales.
Puertas para adentro, el Gobierno dice que puede negociar una reapertura parcial de las exportaciones siempre que se haya llegado a un acuerdo entre privados. Sin embargo, el conflicto ya escaló y en el medio juega la política, del propio Gobierno y de la oposición que se encarna en las entidades del agro.
“Debemos tener un principio de solidaridad basado en garantizar a los argentinos lo que se consume en el país a un precio acorde y que luego el resto lo exporten cobren lo que quieran. Yo entiendo que el precio del maíz ha crecido mucho y es una gran oportunidad de exportarlo, pero lo que no entiendo es porqué a los argentinos le tienen que cobrar el maíz del mismo modo que a otro que lo quiere pagar en otro lugar del mundo. Los productores producen el maíz en Argentina, pagan impuestos en Argentina, pagan tarifas en Argentina y por qué le tienen que hacer pagar a los argentinos el precio que paga el mundo”, dijo en declaraciones radiales el presidente Fernández.
El mandatario también se refirió a la situación de la carne, dado que “el mundo demanda carne ahora que China se ha metido a importar y entonces el precio se fue al diablo. Si ustedes producen todo en pesos, ¿por qué los argentinos pagan el kilo de asado como lo paga un chino, un francés o un alemán? No lo entiendo. Yo tengo que cuidar el bolsillo de la gente porque estamos en una situación muy delicada, de emergencia, y tenemos que ocuparnos de los que menos tienen”.
El gobierno mantiene suspendidas las exportaciones de maíz hasta el primero de marzo de 2021, cuando arranca formalmente la nueva campaña de venta 2020/21 del cereal. Los números oficiales marcan que a la fecha se lleva autorizada la exportación de 34,23 millones de toneladas de maíz de la presente campaña 2019/20 sobre un total teórico exportable de 38,50 millones de toneladas. Es decir que ya se vendió al exterior casi el 90 por ciento de lo que se preveía.
El Gobierno calcula que que a la oferta interna teóricamente disponible de unas 4 millones de toneladas se suman las 4 millones que iban a la exportación. El Ejecutivo espera que la medida contenga los precios internos del maíz, en un contexto de precios internacionales en alza. Esto implica una transferencia de ingresos desde los productores hacia la industria y los consumidores.
“Vamos a difundir un acta acuerdo entre privados tanto para el maíz como para el trigo, que es otro conflicto que puede aparecer en el corto plazo. Necesitamos bajar un cambio y que el Gobierno levante la medida. Está claro que hay suficiente maíz para la demanda interna pero también que hay un contexto macroeconómico que no invita al productor a vender, por lo cual de mínima se necesitan mecanismos de financiamiento”, dicen en la cadena del maíz.
De todos modos, hay escollos difíciles de saltear para llegar a un acuerdo, porque con la Mesa de Enlace habiendo anunciado el lockout, el Gobierno está limitado para negociar, al tiempo que mantener abierto el conflicto puede traer mayores consecuencias.