La administración del barrio se vió obligada a pedir el despido, pero el hombre sigue en trabajando y no cambiaron la empresa de seguridad. Sus compañeros aseguraron que se trató de “un juego de manos” y no de un abuso sexual, pese a las imágenes de dentro de las instalaciones de ese barrio privado.
No es la primera vez que Ayres del Pilar está en la mira de los medios. El pasado 8 de julio, los copropietarios de ese lujoso country club se manifestaron dentro y en los alrededores del barrio para exigir que Lázaro Báez no cumpliera su prisión domiciliaria en una casa de ese complejo